Abandonada al costado de un camino quedó impactado cuando la encontró: “Tenía la pata más grande que jamás había visto”
Cuando un amigo lo llamó muy temprano por la mañana y le contó que había dos cachorros abandonados a un costado de la carretera en Grecia, Theoklitos Proestakis, también conocido como Takis, i...
Cuando un amigo lo llamó muy temprano por la mañana y le contó que había dos cachorros abandonados a un costado de la carretera en Grecia, Theoklitos Proestakis, también conocido como Takis, inmediatamente fue al lugar. Al llegar, encontró a dos pequeños perritos. Uno de ellos lo dejó impactado: tenía la pata más grande que el rescatista había visto jamás.
Takis, al frente del refugio Takis en la isla de Creta, no dudó en ayudar a los animales. Era muy temprano todavía y las clínicas veterinarias estaban cerradas por lo que ofreció agua y alimento a los cachorros. Su frágil estado indicaba que hacía varios días estaban sin agua ni comida.
A Zena la encontraron al costado de un camino Se recuperó en compañía de otros perros.Ya en el consultorio veterinario, Takis pudo confirmar que ambas perritas estaban deshidratadas y muy delgadas. Tenían tan solo dos semanas de vida. Una de ellas presentaba una gravísima inflamación en una de sus patas delanteras. Por eso el profesional que la examinó sugirió que, tal vez, tendrían que amputarle ese miembro.
Sin embargo, Takis preguntó si podían darle un poco más de tiempo para ver si su enorme pata sanaba sola. Lamentablemente la otra perrita falleció esa misma noche. El abandono la había condenado a la muerte.
A pesar de los cuidados inmediatos, la pata se convirtió en la principal preocupación del rescatista. Sin embargo, Zena -como bautizaron a la cachorra- se reveló como una perrita increíblemente valiente y con una voluntad inquebrantable, una cualidad que el equipo notaba en su evolución.
Con el paso de los días, la cachorra comenzó a comer y beber cada vez con más entusiasmo. Lentamente pero de forma sostenida, parecía estar sanando. Y, finalmente, luego de semanas de angustia y preocupación, contra todo pronóstico médico, la pata de Zena no solo mejoró, sino que volvió su estado normal. Gracias al amor y los cuidados que le habían brindado, Zena había pasado de la más absoluta vulnerabilidad a ser una perrita jugadora y energética, que corría con alegría por el refugio.
Además, Zena desarrolló una personalidad encantadora y exigente. Había hecho un lazo tan lindo con Takis que no lo dejaba relajarse en la cama: cada vez que lo veía acostado, lo animaba a levantarse y jugar. Se convirtió en una “hermosa dama” muy querida por todos en el refugio.
Pasó más tiempo, y la pata de Zena se hizo cada vez más pequeña. Takis estaba seguro de haber hecho lo correcto al no ir por la opción de la amputación. De alguna manera, con su ayuda, Zena estaba superando su lesión. Pronto, la pierna de Zena se normalizó por completo, y era difícil decir que alguna vez había sido un problema. Corría y jugaba como cualquier otro perro.
Una vez que Zena se curó por completo y tuvo la edad suficiente, Tekis sintió que era el momento apropiado para cerrar su historia. Aunque se había encariñado muchísimo con la valiente cachorrita, los 400 animales que tiene a cargo le hicieron saber que lo mejor para Zena era ser adoptada por una familia que pudiera brindarle toda la atención que ella necesitaba.
A Zena la encontraron al costado de un camino Se recuperó en compañía de otros perros.Y, en poco tiempo, fue adoptada por una familia maravillosa y vive en Francia. Sin Takis, nunca lo habría logrado. En cambio, disfruta cada minuto de su nueva vida.
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