Autoincriminatorio

“Hay olor a pis” se convirtió en el insólito caballito de batalla de Horacio Rodríguez Larreta para empujar su candidatura a legislador de la Ciudad. Sorprendentemente resulta una frase auto...

“Hay olor a pis” se convirtió en el insólito caballito de batalla de Horacio Rodríguez Larreta para empujar su candidatura a legislador de la Ciudad. Sorprendentemente resulta una frase autoincriminatoria. En primer lugar, porque el actual jefe de Gobierno, Jorge Macri fue su principal ministro durante los dos últimos años de su gestión y lo avaló para que lo sucediera. ¿Ahora descubre que es responsable de que, supuestamente, nos envuelva el aroma a orina en todas partes?

¿Será que hay más chicos (y chicas), a la salida del boliche, que pillan en cualquier lado antes de llegar a su casa? ¿O es la cantidad creciente de homeless que no tienen un baño a disposición?

Son situaciones aisladas e insuficientes para invadir toda la amplia superficie capitalina con tan desafortunada fragancia.

Apuntemos a la población de perros que crece sin cesar en CABA y que ya llega a más de medio millón de animalitos. Sus dueños los sacan todos los días a hacer sus necesidades en veredas, contra muros y arbolitos. Son toneladas de pis.

¿Es que no pueden desagotar sus vejigas en un parque cercano? La respuesta es no porque justo Larreta, cuando mandaba, dispuso la prohibición del ingreso de canes a infinidad de plazas.