Caos y desesperación en la frontera mexicana tras los decretos de Trump: “No voy a volver atrás”
TIJUANA.- “Nos quieren enviar al albergue, sí, pero al albergue del país de nosotros”, respondió irónico el hondureño Clisman Pérez a las propuestas de pasar la noche en un albergue mexic...
TIJUANA.- “Nos quieren enviar al albergue, sí, pero al albergue del país de nosotros”, respondió irónico el hondureño Clisman Pérez a las propuestas de pasar la noche en un albergue mexicano tras sufrir una de las mayores decepciones de su vida. El joven de 26 años, al que quisieron llamar en su casa como al antiguo goleador alemán Jürgen Klinsmann, figura entre los 400 emigrantes que hacían cola en la noche del histórico lunes 20 de enero ante el cruce fronterizo de El Chaparral, en Tijuana. El gol se lo metieron a él.
Todos ellos fueron informados de forma abrupta que Donald Trump había cerrado de golpe las puertas a su nueva vida. La aplicación CBP One, la misma que permitía a los extranjeros indocumentados presentar solicitudes de asilo humanitario y programar citas en ocho puertos de entrada a Estados Unidos, ya no estaba disponible. “Y las citas existentes, están canceladas”. Así de tajante en medio de la desolación y la impotencia. También del coraje.
TJ, como llaman a Tijuana, la “esquina de América Latina”, era hasta el lunes uno de los embudos por donde escapaban las tragedias del continente, incluso otras más lejanas. Las dictaduras venezolana, cubana y nicaragüense (“y al paso que vamos con nuestra presidenta Xiomara Castro, también la hondureña”, se queja Clisman); las penurias socioeconómicas de Centroamérica; Haití, el estado roto; la violencia de Ecuador; la falta de oportunidades de Colombia entremezcladas en unos pocos metros cuadrados y con las mismas esperanzas.
“El 1 de enero me entró la cita por CBP One y sentí que la vida se me aliviaba. Me sentí liberado del peso que cargo en la espalda, todo lo malo que pasé hasta llegar aquí después de medio año de viaje. Pero cuando cae que la cita ya no está programada, que ya la CBP One cerró, ha sido un golpe que nos partió el alma y el corazón a la vez”, confesó Clisman a LA NACION.
Al otro lado esperaba la imponente ciudad californiana de San Diego, aunque Clisman tenía todo preparado para seguir camino a Little Rock, en Arkansas, la ciudad de Bill Clinton. La cancelación de CBP One, que en los últimos dos años ha posibilitado los trámites de más de 900.000 emigrantes, tiene hoy 300.000 dolientes, los que buscan en México el sueño americano. Pero los primeros de la lista son todos estos, como los del Chaparral, que tesnían pautada la cita para este 20 de enero. La miel en los labios, a un solo paso de confirmar su llegada al otro lado.
El cierre a cal y canto de la frontera ha provocado el caos no sólo entre todos los que estaban a punto de cumplir su gran objetivo. Las autoridades mexicanas intentaban aportar información y las organizaciones pro migrantes echar una mano, pero los protagonistas de semejante desaguisado no acababan de confiar en la buena fe de todos ellos.
“Qué desánimo, haber pasado tantas cosas y que suceda esto hoy, cuando ya deberíamos estar al otro lado. Y yo no voy a volver atrás, Ecuador está de terror, es invivible”, aseguró Luisao Baque, de 37 años, quien en su Guayaquil natal ha dejado una deuda de 8000 dólares para llegar a EEUU y cambiar su vida, previo paso por la terrible selva del Darién con su amigo Homero Bucheli, otro que estaba citado para el mismo lunes. Otra vez la miel en los labios.
Ambos sufrieron extorsiones en sus negocios, incluso un atentado que hirió al hermano de Luisao, tan crueles que decidieron abandonar su país. Una paradoja terrible: las bandas que los “vacunaban” (extorsionaban) son aliadas de los carteles mexicanos.
“Lo que está logrando Trump es que caigamos en manos de los coyotes, la gente va a intentar pasar como sea, cueste lo que cueste. Con la deuda que tenemos todos, ¿quién va a dar marcha atrás?”, reconoció el guayaquileño.
Traficantes de seres humanos que son “soldados” de los carteles mexicanos, declarados organizaciones terroristas por la nueva administración. Aunque todavía no se han pormenorizado, ya se sabe que la nueva ´lista negra´ estará encabezada por los dos más grandes, Jalisco Nueva Generación y Sinaloa, que sufre una guerra civil en su seno que ha multiplicado el número de muertes violentas en sus territorios.
Los otros carteles que México prevé sean incluidos son Los Zetas, el Cartel del Golfo, el grupo de Arellano Félix en Tijuana, el Cartel de Juárez y la organización de los Beltrán Leyva, entre otros.
“Salimos de nuestro país por la dictadura, pasamos por Colombia, vivimos en Cali y al final decidí traer a mi familia aquí. Ya sabes, el sueño americano, uno quiere la mejor vida posible para su familia. ¿Y ahora?”, se interroga Jonathan, estudiante de Biología Marina al frente de su pequeña familia, natural de Isla Margarita.
“Pero contamos con que sí nos dejen pasar, nuestro turno de entrada era para este lunes”, aseguró Jonathan. Con él viajan Osmarys, de 12 años, “pero ya voy camino de 13”, y Ariadne, de 20. Agarrados a su fe, ante la noche gélida, y con la esperanza entre sus labios, esa que dicen es la última que se pierde.