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De Vido preso: las horas oscuras del arquitecto mas aplicado a la hora de construir el poder kirchnerista

Julio Miguel De Vido, arquitecto, porteño y peronista. O al menos, exfuncionario kirchnerista. Manejó por 12 años y medio la caja más eficiente para lograr la construcción política del kirchn...

De Vido preso: las horas oscuras del arquitecto mas aplicado a la hora de construir el poder kirchnerista

Julio Miguel De Vido, arquitecto, porteño y peronista. O al menos, exfuncionario kirchnerista. Manejó por 12 años y medio la caja más eficiente para lograr la construcción política del kirchn...

Julio Miguel De Vido, arquitecto, porteño y peronista. O al menos, exfuncionario kirchnerista. Manejó por 12 años y medio la caja más eficiente para lograr la construcción política del kirchnerismo. O por el contrario, fue el ejecutor de la caja más ineficiente, si en cambio se mira el déficit en materia de energía o infraestructura.

El extinguido Ministerio de Planificación Federal, el Minplan, se creó en los últimos días de la presidencia de Eduardo Duhalde, cuando el ex mandatario aprobó la ley de ministerios que le había pedido quien lo sucedería, Néstor Kirchner. Allí se sentó De Vido a administrar dinero y poder. Y fue justamente esa silla la que lo convirtió en un peregrino judicial desde que dejó su cargo.

El exempleado de Entel, criado políticamente en Santa Cruz, fue el encargado de manejar la billonaria caja durante tres de las cuatro administraciones kirchneristas. Ya acarrea tres sentencias (Once, la única firme; gas licuado y otra por la compra de trenes chatarra a España y Portugal) y seguramente serán más. Además, tiene decretados miles de millones de pesos de embargos.

En los primeros cuatro años de gestión kirchnerista, de 2003 a 2007, por la chequera del arquitecto pasaron US$ 17.839 millones. En un hecho administrativo llamativo y sin precedentes, en esos años a De Vido lo controlaba su esposa, Alejandra Minnicelli, que era síndica general adjunta en la Sindicatura General de la Nación. Hoy sería imposible pensar que la esposa de Luis Caputo fuera integrantes de la Sigen. Pero antes sucedió: todo quedaba en casa.

El Minplan fue, por lejos, el ministerio más poderoso de la historia democrática moderna. A De Vido y a sus colaboradores más cercanos los servía una flota de 120 autos, de los cuales 50 estaban directamente afectados a la movilidad del ministro y de su núcleo cercano, incluidas las aves que cría.

Los autos iban y venían desde la localidad bonaerense de Lima, donde residía la familia los fines de semana, y la ciudad de Buenos Aires. Ya son recuerdos los viajes a comprar asado en El Pobre Luis, una parrilla del Bajo Belgrano que deleitaba a los De Vido. Los choferes traían y llevaban durante años a todos los comensales de las mesas de fin de semana. Uno de los autos estaba dedicado exclusivamente a la gestión ornitológica.

Es comprensible, porque los pájaros en la vida del arquitecto ocupan un lugar central. Un chofer daba vueltas por Buenos Aires en busca de cada una de las cosas que necesitaban los animales; otro, ignorado e invisibilizado por la impunidad que imperaba en aquellos despachos, anotó un derrotero delictivo que hoy es la causa Cuadernos.

Los choferes, conocedores de la sobredimensión de la flota y de las rutinas de los funcionarios, no se quedaban a la espera de las llamadas. En las horas libres “remiseaban” con los autos oficiales. Trabajo para todos.

Cuando De Vido entregó las llaves del ministerio funcionaban bajo su órbita tres call centers, todos equipados con la mejor tecnología y ninguno utilizado al 100% de su capacidad. Dos estaban en el edificio de Planificación, frente a Plaza de Mayo; el otro, en la Universidad de La Matanza.

Cosas insospechadas pasaban y se pagaban desde el Minplan. Desde el alquiler de una casa en un country a una conocida actriz, frecuente animadora de actos oficiales, hasta el alojamiento de su página de Internet.

En las épocas de cortes de energía, en el piso 12 de aquella usina de poder y millones funcionaba el llamado Grupo Montero , comandado por el radical kirchnerista Marcelo Montero, líder de la facción hiperoficialista llamada Radicales para La Victoria. Estaba a cargo de un grupo de militantes de calle destinado a la contención. En ese piso había una oficina en la que se habían duplicado los sistemas de las distribuidoras de electricidad; con precisión quirúrgica, De Vido y los suyos sabían perfectamente cuándo, cuánto tiempo y a quiénes se iba a cortar el suministro. Con esa información, el Grupo Montero salía eyectado hasta el territorio a manejar la situación con los vecinos inmiscuidos ellos, en impostada sorpresa y con un discurso antidistribuidor. La idea era abordar los móviles de televisión, indignase por la falta de electricidad y desviar siempre las responsabilidades a las distribuidoras. Estaba en todo el arquitecto.

El planeta De Vido empezó a perder poder por dos causas. La primera tuvo que ver con la muerte de Néstor Kirchner y la aparición de la juventud kirchnerista. El exfuncionario sufrió como ninguno el ascenso de La Cámpora tras la elección presidencial de 2011. De a poco, los jóvenes camporistas le esquilmaron cajas sensibles. La segunda razón fue la imposibilidad de ocultar la deficiente gestión que venía desde 2003 en áreas sensibles como el transporte, la energía o la infraestructura de todo el país.

Después de la tragedia de Once, su jefa, la presidenta Cristina Kirchner, lo culpó en silencio por lo sucedido y le quitó el área. Hoy también lo culpó la Justicia por aquellas muertes producto de la corrupción y la desidia.

Aunque intervenido por La Cámpora, el hombre conservó energía, un área determinante en la que se repartieron toneladas de plata en subsidios.

Desde 2012, dicen las fuentes que por consejos de la esposa y asesora del entonces ministro, el poderoso Minplan inició una imparable carrera de contratos con universidades para pasantías técnicas. Fue una manera de saltear los vericuetos administrativos y lograr una mayor celeridad para efectuar pagos a diestra y siniestra. Cuando De Vido dejó la cartera, el 60% de la planta estaba bajo esta modalidad de trabajo.

El ingenio planificador no tuvo límites. Durante un año y medio, De Vido y los suyos y bajo la órbita del Ministerio de Planificación Federal funcionó el Programa Enamorar, “la primer política pública destinada al amor”. Entre cupidos La política color de rosa, Julio Miguel, el romántico, financió actividades culturales de artistas afines. Desde peregrinaciones a Roma para visitar al Papa Francisco hasta recitales variados, el Minplan se ocupó del amor, siempre lubricado por una billetera feroz.

Bajo el paraguas de una importante porción presupuestaria, la cartera se convirtió en la más fenomenal y discrecional caja de financiamiento múltiple. Igualdad Cultural, la Televisión Digital Abierta o Recuperar Inclusión fueron algunos de los programas.

También se usó esa caja para financiar el Plan Nacional de Medicina Nuclear, un programa para construir y equipar hospitales con aparatología nuclear. El primero se hizo en Entre Ríos, territorio aliado, entonces en manos del ex gobernador Sergio Uribarri; el segundo, en Río Gallegos.

Se ocupó de todo. Las estatizaciones de Aerolíneas Argentinas estatal, YPF, Enarsa, el Correo Argentino fueron algunas de sus criaturas. Manejó el poder y administró las reverencias de los empresarios especialistas en mercados regulados durante más de una década.

Pero, irremediablemente el poder se va. Y se fue. Se dejó la barba, radicalizó su pensamiento hacia una izquierda simulada y empezó a transitar los tribunales. Mantuvo su predilección por las aves, varias de ellas exóticas, y desde hace tiempo desarrolló un llamativo gusto por los campos en la zona pampeana, por algunos desarrollos inmobiliarios y por los centros de esquí. dicen quienes lo tratan que esas actividades lo desvelan, casi como si tuviese algún interés particular en esas empresas.

Esposado y oculto, Julio Miguel De Vido partió a la cárcel, ya con una sentencia firme y con varios procesos abiertos. Se encontrará en Ezeiza con dos viejos laderos, José López y Ricardo Jaime. Aquella trilogía manejó el poder; ahora cenarán juntos.

Ya nada queda de aquella figura que sonreía detrás de los bigotes protagonistas. ya nadie le rinde pleitesía-, apenas le queda esperar que la Justicia lo deje detenido en algún lugar fuera de un penal. El hombre que manejó el Programa Enamorar pasará, al menos unas noches, en un calabozo, uno de los lugares donde al amor más le cuesta entrar.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/de-vido-preso-las-horas-oscuras-del-arquitecto-mas-aplicado-a-la-hora-de-construir-el-poder-nid13112025/

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