Denuncian a Meta por usar sin permiso millones de libros para entrenar su inteligencia artificial
Luego de que se comprobara que Meta -con la aparente aprobación de Mark Zuckerberg, según documentos internos de la empresa- ...
Luego de que se comprobara que Meta -con la aparente aprobación de Mark Zuckerberg, según documentos internos de la empresa- había utilizado sin permiso millones de libros y artículos de la plataforma Library Genesis (Biblioteca Génesis, LibGen) para entrenar su modelo de inteligencia artificial generativa (Llama 3), la revista estadounidense The Atlantic creó un buscador que permite identificar los libros de la “biblioteca pirata”, en varios idiomas. Hay títulos, en inglés y en español, de Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Silvina Ocampo, Leopoldo Brizuela, Claudia Piñeiro y Guillermo Martínez, entre otros autores argentinos.
Meta no compensó económicamente a ninguno de los escritores y editores afectados: en LibGen se contabilizan siete millones y medio de libros y más ochenta millones de artículos académicos. Las industrias creativas empiezan a rechazar los métodos de rapiña de las empresas tecnológicas.
Con la sanción en 2024 de la ley de inteligencia artificial de la Unión Europea (UE), que rige para los veintisiete países, editores y autores franceses anunciaron la semana pasada que demandarán a Meta por haber usado sus obras para entrenar su modelo de IA sin pedir permiso. La acción legal por el “uso masivo de obras con derechos de autor sin autorización” para entrenar el modelo de IA generativa de Meta fue promovida por tres agrupaciones.
La mayor parte de esa norma -pionera a nivel mundial- se aplicará a partir de 2026, aunque varias disposiciones entraron en vigencia en febrero, entre otras, la que ordena especificar si un texto, una canción o una fotografía se generaron a través de la IA, además de garantizar que los datos que se emplearon para entrenar los modelos respetan los derechos de autor. La ley brinda una opción para aquellos que no quieran que sus materiales sean usados para entrenar modelos de IA.
La Unión Nacional de Editores de Francia señaló en un comunicado que “numerosas obras” de sus socios aparecen en la base de datos de Meta; según afirmó Vincent Montagne, presidente del organismo, Meta “incumplió con los derechos de autor”. También la Unión Nacional de Autores y Compositores, que representa a cientos de escritores, dramaturgos y compositores en Francia, dijo que la demanda era necesaria para proteger a los creadores del “saqueo” que hace la IA de sus obras. Además, expresó su preocupación por la proliferación de “libros falsos” (hechos con IA) que “compiten con los libros reales”.
Por último, la Sociedad de Gente de Letras, que representa a los autores, confirmó que demandará a Meta. Todos exigen la “eliminación total” de las bases de datos que Meta creó sin autorización para entrenar su modelo de IA.
Según la ley de inteligencia artificial de la Unión Europea, los sistemas de IA generativa deben cumplir con la legislación de derechos de autor del bloque de veintisiete naciones y ser transparentes sobre el material que utilizaron para el entrenamiento.
Por otra parte, la Asociación de Editores del Reino Unido y de Cambridge University Press también condenaron el uso de contenido protegido por derechos de autor por parte de Meta para entrenar la IA y afirmaron que la empresa “debería pagar por el contenido que ha robado”. Este jueves, escritores protestaron en Londres ante las oficinas de Meta tras descubrir que sus libros, pirateados en LibGen, habían sido usados para entrenar la IA de Meta. Reconocidos autores como el Nobel de Literatura Kazuo Ishiguro, Tom Stoppard, Richard Osman, Sarah Waters, Kate Mosse y Val McDermid firmaron recientemente una carta de la Sociedad de Autores dirigida a la secretaria de Cultura británica, Lisa Nandy, en la que se solicita que se defiendan los “medios de vida” de los autores y que los ejecutivos de Meta declaren ante el parlamento británico. La declaración se publicó en la plataforma Change y cosechó hasta hoy más de dieciséis mil firmas.
“No cabe duda de que el scraping de las obras de los autores para el entrenamiento generativo de IA es ilegal en el Reino Unido -se lee en la petición-. Sin embargo, gigantes tecnológicos como Meta operan en el país sin que se investiguen adecuadamente sus prácticas ni las de sus empresas matrices. Los autores se encuentran prácticamente indefensos dado el enorme coste y la complejidad de litigar contra demandados corporativos con tantos recursos. Instamos a usted y al Gobierno del Reino Unido a que tomen todas las medidas posibles para garantizar la protección adecuada de los derechos, intereses y medios de vida de los autores. Si no se actúa sin demora, el impacto será catastrófico e irreversible para todos los autores del Reino Unido, dado que, desde el desarrollo hasta la producción, los derechos de los creadores se ignoran sistemática y reiteradamente”.
En la última edición de la Feria del Libro de Londres, la presidenta y directora ejecutiva de la Asociación de Editores Estadounidenses (AAP), Maria A. Pallante, y el director ejecutivo de la Asociación de Editores del Reino Unido, Dan Conway, indicaron que en la industria editorial mundial se está tomando conciencia de los efectos de la IA generativa en las políticas de los derechos de autor.
Las editoriales y otras industrias creativas indicaron en varias ocasiones que las grandes empresas tecnológicas pueden pagar el contenido que utilizan y deberían hacerlo, “al igual que pagan por la electricidad que consumen en el curso normal de sus operaciones”, graficaron desde la AAP.
“Es desalentador saber que Meta recurrió a la piratería para recopilar contenido para su desarrollo de inteligencia artificial, incluidos libros y revistas de autores de Cambridge -reza un comunicado de Cambridge University Press-. Meta debería pagar por el contenido que ha robado. Es fundamental que los gobiernos y las autoridades no permitan que las grandes tecnológicas se salgan con la suya al apropiarse del trabajo de los autores sin permiso. Esto refuerza los riesgos de una regulación y legislación inadecuadas en torno a la IA y los derechos de autor, como el sistema de exclusión voluntaria propuesto en el Reino Unido”.
“La tecnología es el camino que hace posible esa extraña sociedad futura, mientras avanzamos hacia ella, los escritores y las editoriales están siendo víctimas de un enorme saqueo, al que se llamaba piratería, pero pareciera que no está mal cuando la ejercen las grandes tecnológicas”, reflexiona en su blog el editor Guillermo Schavelzon.
La Argentina carece de regulaciones específicas al respecto, si bien la ley 11.723 de propiedad intelectual no contempla excepciones o limitaciones al derecho de autor.
En mayo de 2024, el presidente Javier Milei, que declaró que quiere convertir la Argentina en un centro de innovación tecnológica, y la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, visitaron a Zuckerberg en California. Y en noviembre del año pasado, en ocasión del “Meta Day”, Zuckerberg envió un videomensaje de acento libertario al Presidente: “Hola Argentina y presidente Milei, gracias por acompañarnos hoy. Nos entusiasma traer Llama 3 a más personas en la Argentina. Al hacer que esta tecnología sea de código abierto estamos derribando barreras para que una comunidad más amplia de desarrolladores y organizaciones puedan acceder al poder de la IA, construir soluciones innovadoras e impulsar el progreso”.