El Teatro San Martín celebra un doble aniversario con “imágenes ficcionales” de Jorge Miño
“Produzco mucho, decanto muchísimo y me quedo con muy poco. Por suerte, las obras van tomando solidez cuando van decantando y ahí siento que pueden salir del estudio con un destino propio. No t...
“Produzco mucho, decanto muchísimo y me quedo con muy poco. Por suerte, las obras van tomando solidez cuando van decantando y ahí siento que pueden salir del estudio con un destino propio. No trabajar para algo preciso me lleva a tener una libertad y a cometer errores y a buscar nuevas posibilidades”, dice a LA NACION el artista Jorge Miño (Corrientes, 1973) que inauguró la temporada 2025 de la FotoGalería del Teatro Municipal General San Martín con “imágenes ficcionales” de los interiores del edificio creado por el arquitecto Mario Roberto Álvarez y Macedonio Oscar Ruiz e inaugurado en 1960, durante la presidencia de Arturo Frondizi.
No hay personas en los escenarios fantasmagóricos proyectados por Miño. “Me interesa lo espectral en lo sólido, el vacío en lo lleno, lo abstracto que se esconde en lo muy concreto”, afirma el artista, cuyo padre, José Orlando Miño, era arquitecto y fotógrafo. La apertura de la nueva temporada de la FotoGalería -que este año festeja su 40º aniversario- coincide con el 65° de la inauguración del Teatro San Martín.
Escaleras, ventanas, pasillos, pasajes y paredes se espejan en las veintiuna fotos de Abstracciones de un sueño, que se puede visitar con entrada libre y gratuita hasta el 4 de mayo, de martes a domingos de 14 a 20, en la avenida Corrientes 1530. “En su serie, Miño logra una conmoción de la mirada, que somete las líneas abstractas que componen los planos y volúmenes interiores del edificio a las alteraciones de la ensoñación -se lee en el texto de sala del arquitecto y director del Museo Nacional de Bellas Artes, Andrés Duprat-. Con recursos que refieren a las búsquedas de la pintura cubista, que intentaba incorporar en el plano bidimensional el tiempo, el recorrido y numerosos puntos de vista, Miño despliega sus obras trastocando el plano cartesiano de la arquitectura”.
“Mi trabajo tiene que ver con la idea de transformación, de capturar la mayor cantidad de espacios y volúmenes posibles -cuenta Miño-. Cuando trabajo las imágenes, me sumerjo en el universo visual que producen mis obras: siempre intento capturar o que se represente la idea de la espacialidad, los diferentes puntos de vista, captar momentos desde distintos ángulos; que se puedan ir construyendo ficcionalidades en la imagen que se sucede”.
Para alcanzar su objetivo, el trabajo de post-producción es crucial. “Es cuando trabajo con la parte creativa de la imagen fotográfica. En mi caso, una imagen fotografiada no representa ninguna imagen, ningún sentido, pero sí representa un posible proyecto a futuro. Las decisiones vienen en la post-producción, la intensidad creativa se produce en la computadora y es cuando me siento un laboratorista, un artista que puede trabajar con las ideas que se plantean en mi obra”, señala.
En el momento en que se decidió que el Teatro San Martín fuera el eje de la muestra, Miño sintió una gran emoción. “La relación con la FotoGalería me llevó a lo sentimental -recuerda-. Cuando era joven, mi padre, que era arquitecto y fotógrafo, me invitó a ver fotos en la FotoGalería, en la época en que la directora era Sara Facio. Por eso, cuando Claudio Larrea me invitó a exponer mi obra, tuve un sentimiento de inmensidad infinita muy emocionante”.
La referencia a la obra arquitectónica es inevitable. “Tengo una gran admiración por un racionalista como Mario Roberto Álvarez, lo que representa su obra, y en este caso el teatro fue como un homenaje a esa visión, a esa estructura que tiene este magnífico edificio. Con mis fotos, no intento quitarle protagonismo o esencia, sino que trato de que se pueda poner en visión lo que representa”.
“La arquitectura es mi inspiración, es mi pregunta, lo que observo, lo que miro, aquello que encuentro atractivo y lo que me permite ser un arquitecto sin haber estudiado arquitectura -define-. La creación a partir de algo existente, como es un edificio, me permite transformarlo y hacerlo mío desde otro lugar, pero no porque el lugar lo necesite, sino como algo inspiracional”.
Actualmente, Miño prepara junto con el curador Raúl Flores su primera muestra en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. “Es un año con una exposición bastante intensa y me siento feliz, agradecido y emocionado -dice-. Son oportunidades que se fueron dando en un tiempo en que encuentro que la obra pueda alcanzar una visión muy definida para poder mostrarla en instituciones tan importantes como el San Martín y el Moderno”.
Admite que su trabajo no está definido por algo en particular. “Se van desarrollando muchas cuestiones al mismo tiempo; tengo mucho material fotografiado y siempre necesito más -responde-. Cuando me siento a trabajar, cuando pienso en algo no se desarrolla para algo específico sino para mí, para el momento, para lo que siento, busco y necesito investigar. Produzco mucho, decanto muchísimo y me quedo con muy poco. Por suerte las obras van tomando solidez cuando van decantando y ahí siento que pueden salir del estudio con un destino propio. No trabajar para algo preciso me lleva a tener una libertad y a cometer errores y a buscar nuevas posibilidades”.
“El año pasado, cuando empecé a preparar la programación de este año, tuve en cuenta dos cosas muy importantes: los 65 años del edificio del San Martín y los 40 años de la FotoGalería fundada por Sara Facio en mayo de 1985 -dice el director del espacio, el fotógrafo y curador Claudio Larrea, a LA NACION-. Pensando en eso, se me vino a la mente la obra de Miño, pictórica y abstracta, y el edificio del teatro que tiene algo icónico en nuestro ADN cultural. Desde chicos, vamos al teatro, a la Fotogalería y a la Lugones a ver películas. Lo invité a Jorge a recorrer el teatro durante varias jornadas: fuimos a la Lugones, y por las escaleras y sus fugas. Este año abrimos con una mirada totalmente abstracta de un espacio emblemático de la ciudad de Buenos Aires”.
Para 2025, están programadas cinco exposiciones fotográficas. Después de las abstracciones soñadas de Miño, se expondrán fotos de Lena Szankay; luego, de Paula Grandio, de Marcos Furer y del polaco-argentino Boleslaw Senderowicz, pionero de la fotografía artística en el país. Habrá, además, un merecido homenaje a la creadora del espacio durante la “primavera democrática”: la inigualable Sara Facio.
Para agendarAbstracciones de un sueño, de Jorge Miño, permanecerá abierta al público hasta el 4 de mayo, de martes a domingos de 14 a 20, con entrada libre y gratuita, en la Fotogalería del Teatro San Martín (Avda. Corrientes 1530).