Emprendedores-artistas: bailarines y músicos apostaron a Taiwán con el folklore argentino
La compañía Tremor, integrada por artistas de distintas provincias del país, lleva más de un año trabajando en Taiwán, en el parque de diversiones más grande e importante del país, en Kaohs...
La compañía Tremor, integrada por artistas de distintas provincias del país, lleva más de un año trabajando en Taiwán, en el parque de diversiones más grande e importante del país, en Kaohsiung, la segunda ciudad detrás de la capital Tapei. Los artistas, para lograr un perfil internacional, desarrollan su costado emprendedor. Diariamente hacen producciones teatrales y presentaciones contratadas por la compañía Lihpao Land, donde ya renovaron para continuar en 2026.
“Nada que ver la forma de trabajo con la Argentina -cuenta Pablo Jesús Sanguinetti, director y fundador del proyecto Tremor, a LA NACION- Nos contrataron formalmente en el parque, nos dieron la visa y la residencia, tenemos cobertura médica. El desafío en el que estamos inmersos como grupo pasa por cómo armar una base estructural que nos permita la continuidad. Desde que nacimos han rotado más de 20 artistas, es una fuente laboral y de desarrollo profesional importante”.
Según los rankings internacionales, Taiwán está entre los mejores países del planeta para hacer negocios. Con apenas 35.980 kilómetros cuadrados, es una economía sólida y estable. Hay pocos argentinos radicados; en general los que llegan lo hacen con alguna empresa como empleadora. Entre los que se instalaron de otra manera está el músico platense Martín Musaubach, el primer argentino y el segundo latinoamericano a quien le dieron la nacionalidad. Lleva 14 años radicado y fundó una compañía de música independiente.
En el caso de Tremor, la historia del grupo nació en Córdoba, donde varios de sus integrantes se conocieron mientras estudiaban en la Universidad Provincial. “Desde el inicio quisimos construir y exportar nuestra expresión artística. Empezamos produciendo en la Argentina nuestros propios espectáculos, pero siempre pensando en poder desarrollarnos afuera”, detalla Sanguinetti
En 2023 hicieron su primera temporada internacional en Turquía, donde desembarcaron 12 artistas (bailarines, músicos y un acróbata) contratados por una compañía internacional. El primer puente fue a través de las redes sociales. “Siempre fue un proyecto encarado comercialmente. Hay muchas empresas en el mundo y, en especial, en polos turísticos, que buscan a quienes contratar. A eso apuntamos”, insiste Sanguinetti.
La producción está a cargo de Federico Cháves; la asistencia de dirección es de Lautaro Vázquez y la de producción es de Agustín Giménez -igual que Sanguinetti, también artistas-, y los bailarines son Agustín Giménez, Fernando Gómez, Melisa Vázquez, Paula Fernández y Silvana Audrito.
Sanguinetti sostiene que, a poco de empezar, advirtieron que la danza folklórica argentina funciona de manera muy atractiva como eje. “Nos hicimos más conscientes de la posibilidad que teníamos en la mano. Nos pensamos más como emprendedores”, agregó. Después de Turquía -donde los contratos de la compañía Şunu Event eran individuales, como profesionales- surgió la posibilidad de Egipto, que no se pudo concretar por la escalada de violencia en Medio Oriente. Pero, cuando regresaron a la Argentina, los contactaron desde Asia.
El emprendedor puntualiza que, en todos los casos, las compañías que los contratan se hacen cargo de vuelos, hospedajes, visas y viáticos. Califica las experiencias como “muy enriquecedoras”, en las que además de profundizar el costado artístico deben aprender habilidades de marketing y de gestión económica.
Respecto de Taiwán, describe al país como disciplinado y ordenado, y añade: “No hemos visto la pobreza; tecnológicamente es muy desarrollado -es polo mundial de producción de chips-, en las calles se ven solo autos de alta gama. El funcionamiento general es muy bueno. Todo funciona, los comercios venden, se respira tranquilidad. Como profesionales, ese clima da certidumbre y podemos trabajar muy bien, sabemos que todo se cumple”.
El predio del parque tiene hotel, shopping, pista de autos y también un parque acuático. Todos los integrantes del grupo viven allí, en un área de hospedaje destinada al personal. “La comida callejera es la que todos consumen en el país, es tan barata que no conviene cocinar en la casa -relata-. También los impuestos son bajos”.
Efectivamente, Taiwán tiene baja presión impositiva, la carga sobre la renta de las personas físicas comienza en 5% y para las sociedades es del 20%. Los expatriados que viven allí pueden optar entre consideraciones especiales como opciones de crédito fiscal para extranjeros y deducciones y exenciones. La tasa estándar del IVA es del 5%, aplicándose a la mayoría de los bienes y servicios vendidos dentro del país; este año aumentaría el monto sobre el que se aplica para los proveedores de servicios digitales no residentes.