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Garrahan: el equipo de bioquímicos clave en los trasplantes que capacita colegas de todo el país y perdió tres de cinco miembros

“Sigo acá porque es mi pasión, porque estoy muy especializada y me encanta lo que hago. Y me encanta saber que yo aporté todos mis años de estudio a que una médula fue a un paciente que hoy ...

Garrahan: el equipo de bioquímicos clave en los trasplantes que capacita colegas de todo el país y perdió tres de cinco miembros

“Sigo acá porque es mi pasión, porque estoy muy especializada y me encanta lo que hago. Y me encanta saber que yo aporté todos mis años de estudio a que una médula fue a un paciente que hoy ...

“Sigo acá porque es mi pasión, porque estoy muy especializada y me encanta lo que hago. Y me encanta saber que yo aporté todos mis años de estudio a que una médula fue a un paciente que hoy está bien. La realidad es que cada vez me lo planteo más”, dice Daniela Fernández, bioquímica especializada que trabaja en el laboratorio de histocompatibilidad del Hospital Garrahan hace más de 15 años. Allí se han formado muchos de los profesionales que hoy se desempeñan en el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) o en clínicas privadas.

“Uno tiene mucha pasión y mucha vocación. A mí se me van dos horas y media de viaje por día, y tengo una familia, tengo hijos... y cuando el sueldo no te alcanza, se te va complicando. A lo largo de todos estos años, los salarios bajaron muchísimo. Cuando yo entré con una beca, podía cubrir las dos cuotas de un colegio bilingüe de mis hijos, ayuda en mi casa, me pagaba el auto y la nafta; hoy no llego ni a una cuota y media de ese colegio. Cuando uno no está afiliado a ningún partido político ni tenés ninguna línea en particular y tenés la vocación, te vas ajustando; pero la realidad es que en este momento ya no da para más la situación. Ves compañeros que no llegan a fin mes, que se van porque no pueden sostenerlo: es triste. Ahí dijimos ‘Vamos a salir’, aunque obviamente no nos gusta estar acá. Amo mi trabajo y estoy mucho más relajada cuando me siento en mi día laboral haciendo mil cosas, que estando acá”, relató en medio de otra jornada de paro que se realizó ayer en el hospital pediátrico de referencia para todo el país.

En la víspera, el Garrahan amaneció con un nuevo cese de actividades por 24 horas. Desde los dos gremios más combativos, ATE y la Asociación de Profesionales y Técnicos (APyT), demandan “recomposición salarial del 100% para frenar el vaciamiento del hospital, un presupuesto adecuado y garantías para residentes y becarios”. Norma Lezana, titular de la APyT, lanzó tras conocerse anteyer el resultado de la asamblea en la que se decidió el cese de actividades para ayer: “Después de meses de mucho esfuerzo, estamos llegando a momentos decisivos de una lucha enorme”.

El laboratorio de histocompatibilidad en el que cumple tareas se ocupa de la compatibilidad para trasplantes. En el Hospital Garrahan se realizan 630.000 consultas, más de 10.000 cirugías y 114 trasplantes por año. En el caso de los trasplantes de médula ósea, buscan el mejor donante posible, mientras que en los trasplante de órganos sólidos hacen un seguimiento de los pacientes en conjunto con los médicos, para que tengan una mejor calidad de vida y menores complicaciones.

“Hacemos un seguimiento muy estrecho de los pacientes. Cuando uno introduce los órganos en una persona, los reconocen y pueden rechazarlos; lo mismo que haría el cuerpo con un virus o una bacteria. La persona desarrolla lo que se llaman anticuerpos y nosotros hacemos un seguimiento en base a esos anticuerpos”, explica Fernández. Y ahonda: “Hay estudios muy especializados que dicen qué tipo de anticuerpos, a dónde se están uniendo, cómo son, si van aumentando o van disminuyendo. Y se debe hacer con cada paciente que hay que trasplantar”.

A todos los pacientes trasplantados los estudian por lo menos una vez al año como control. Aquellos que ya saben que están sensibilizados requieren un seguimiento más estrecho y pueden tomarles muestras cada tres o seis meses para analizar distintos tratamientos posibles para disminuir ese rechazo. Trabajan mediante ateneos multidisciplinarios en los que también hacen sus aportes otras disciplinas. “Yo hago el aporte desde la parte molecular inmunológica y después, por ejemplo, viene un médico de vasos o puede estar el médico trasplantólogo, o el asistente social que aporta por la condición psicológica del paciente y evalúa que no está apto para presentarse, por ejemplo, a otro trasplante. Los médicos leen otros papers y la idea es que nos enriquezcamos unos con otros, es un trabajo multidisciplinario muy lindo”, detalló Fernández.

Referencia

La mayoría de los hospitales que realizan trasplantes deberían contar con este tipo de laboratorios, pero, según explica Fernández, al igual que en otras áreas, el Garrahan se constituyó como referencia. “No todos tienen laboratorios de histocompatibilidad, muchas veces tercerizan y no tienen el mismo asesoramiento ni el mismo conocimiento, porque lo que nosotros hacemos es muy específico. La mayoría de los laboratorios de histocompatibilidad actualmente en el país tienen algún bioquímico que vino a capacitarse al Garrahan. Nosotros estamos capacitando continuamente, somos un hospital que en parte es escuela, entonces los bioquímicos que se capacitaron en nuestro laboratorio quizás ahora están trabajando en el Incucai o en la Fundación Favaloro, o algunos han venido de Misiones a rotar para ver cómo trabajábamos para instalar el laboratorio allá”, describió.

“Nuestro laboratorio fue el primero en traer en 2009 un equipo para hacer este estudio de anticuerpos, estudiar los genes, que hoy por hoy lo usan todos los laboratorios del país. El primero se instaló acá... Y ese es el equipo que usan hoy la mayoría de los hospitales o los laboratorios. Hay tecnología más avanzada, se está empezando a implementar, el Incucai está ampliándolo, pero en líneas generales se puede utilizar. La idea es transmitir el conocimiento a otras áreas. En muchas áreas somos pioneros y siempre fue un hospital que tendía a innovar con tecnología, pero hoy por hoy se está complicando”, suma Fernández como otro de los ejemplos.

De las cinco personas que integraban el equipo, en un año quedaron dos: los otros renunciaron por cuestiones económicas. Hoy están empezando a capacitar nuevo personal. La becaria que recién ingresó cobra alrededor de $1.100.000 por 42 horas semanales, una guardia semanal de 16 horas y una guardia de 24 horas al mes. Una beca sin guardias está alrededor de $750.000.

“Nos costó muchísimo conseguir personal, publicábamos y la gente no se presentaba, las becas quedaban vacantes. Hoy por hoy apuntar a algo bastante especializado cuesta mucho, dado que en otros laboratorios quizás haciendo algo mucho más sencillo ganás más, con menos horas. Cuando yo entré al hospital, uno para entrar a una beca, a una residencia, rendía un examen, tenía un orden de mérito, presentaba un currículum y entraban solo los mejores. Actualmente están quedando vacantes, porque se paga menos inclusive que en otras residencias”, relató Fernández.

Y cerró: “Con esta escalada no vamos a tener ni pediatras el día de mañana ni especialistas en distintas áreas, profesionales médicos y no médicos. Pensándolo desde el lado de la pediatría es muy triste”.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/sociedad/garrahan-el-equipo-de-bioquimicos-clave-en-los-trasplantes-que-capacita-colegas-de-todo-el-pais-y-nid26062025/

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