Ian Lucas: de los momentos más duros de su infancia al éxito en las redes y los rumores que lo unen a Evangelina Anderson
“¿Estás soltero?“. “Sí”, responde. “¿100% soltero?“. “Un 70%”, le dice Ian Lucas a LA NACION justo antes de entrar al estudio de MasterChef Celebrity, el reality de Telefe en el...
“¿Estás soltero?“. “Sí”, responde. “¿100% soltero?“. “Un 70%”, le dice Ian Lucas a LA NACION justo antes de entrar al estudio de MasterChef Celebrity, el reality de Telefe en el que despliega todo su carisma. En estos días su nombre circula aquí y allá: los rumores que lo vinculan sentimentalmente con su compañera Evangelina Anderson comenzaron a tomar cada vez más fuerza.
El streamer, actor y cantante de 26 años saltó del mundo de las redes sociales (donde tiene más de 40 millones de seguidores) a la televisión de aire y sus fans se multiplicaron. A los miles de adolescentes que lo siguen en su canal de YouTube -y que se amontonan en la puerta de Telefe para verlo- se suman ahora familias y personas de otras generaciones que se muestran encantadas con su ángel. Amable y sonriente, Ian Lucas conversó con LA NACION sobre su carrera, los prejuicios, el amor y sus planes a futuro.
—¿Cómo fue pasar del éxito en las redes sociales a un éxito de la televisión como es MasterChef Celebrity?
—Yo ya había hecho algo de televisión, ya había estado en Telefe, en Disney, hice una serie afuera, hice varias cosas, pero siento ahora hay otra gente que me está conociendo. Ese fue mi objetivo desde un principio. A mí me siguen muchos chicos o adolescentes y los padres tal vez me conocían por su hijo o por un sobrino, pero yo quería que ellos me conozcan en otra versión, que puedan conocerme a mí realmente y yo mostrarme, y MasterChef era el programa perfecto, porque es un programa superfamiliar, en un canal familiar.
—Se te ve cómodo en el programa...
—Cumplió mi expectativa y más, porque pude conectar con el público muchísimo. Tenía mucho prejuicio yo, ¿viste?
—¿De qué?
—De llorar en la tele, por ejemplo, hay cosas de mi vida privada de las que yo no hablo como mi infancia, mi crianza, mi barrio, todas esas cosas y siento que acá pude liberarme un poquito de eso.
—¿Por qué no querés hablar de esas cosas?
—Porque siento que a mí siempre me fue increíble con mis cosas transmitiendo felicidad, con la sonrisa... Siempre me gustó transmitir eso. Después tengo una historia y cosas que son mías, privadas, por ahí me pongo mal cuando me acuerdo de eso y bueno, acá en el programa me pincharon un poquito cuando tuve que contar qué le cocinaba a mi hermanito. Pero no voy a entrar en el trasfondo de todas esas cosas que yo viví. Siempre me mostré real y conecté mucho con la gente desde el lado de la felicidad. Mostrándole mi parte más feliz. Me gusta poder alegrarle el día a alguien con un video, con un chiste, con lo que sea.
—¿Le escapás a lo triste?
—No lo escapo, afronto todo, pero lo que es mío me lo guardo para mí y es como que acumulo.
—¿A veces te identificás con la ideal del “payaso triste”?
—¡No, triste ni loco! La verdad, mi vida es increíble porque cumplí más de lo que yo pensaba. Siempre me gustó lo artístico, desde chiquito, yo arranqué a los 13 con las redes sociales ¡En YouTube grabo hace más de 11 años! ¡Siempre le tuve fe porque hasta Justin Bieber salió de YouTube! Al principio había mucho prejuicio, la gente me decía: “¿Qué vas a hacer el día de mañana con los videítos?“. Hoy en día me cago de risa.
—¿A los 13 años ya te diste cuenta que te podía ir bien con los videos?
—No, nunca fue una inspiración de ese lado, sí que era mi método de escape a la separación de mis papás, que a mí eso me afectó mucho y pasé a tomar un rol en mi casa de una persona mayor siendo menor. Con 13, 14 años ya recorría todo el país haciendo presencias en matinés, ganaba plata que servía para mi casa.
—¿Y seguías yendo a la escuela?
—Sí, iba a la escuela pero los fines de semana viajaba, por ahí me iba a Mendoza en micro y ganaba algo y con eso yo ya tenía mi plata; nunca le pedí plata a mis papás, siempre me gustó aportar, ayudar. Después empecé con el modelaje de muy chico, que ahí me pagaban un poquito más, y luego entré a Telefe a los 15. Estuve en Laten corazones, donde cantaba con mi papá , y nos fue superbién. Para mí estuvo muy bueno, sobre todo porque pude conectar con mi papá con el que tal vez no compartía tanto; eso me ayudó mucho en mi vida personal. Después no frené más.
View this post on Instagram—¿Tu mamá también te acompañaba en cada paso?
—Sí, mi mamá no es cantante, es ama de casa y es mi compañera en todo. Ella nunca entendió el mundo de las redes, pero siempre se prestaba para lo que necesitaba. Yo le decía: “Ma, vamos a grabar un video”, y ella venía. Yo me grabé y me edité por 7 años, después le enseñé a editar y me empezó a editar ella. Ella estaba en un trabajo que no la pasaba bien, primero como instructora de pilates y después estuvo unos meses en un banco y el jefe la trataba supermal. Volvía llorando y le dije que renuncie. Ella me decía: “¿De qué vamos a vivir?” A mí con los videos económicamente no me estaba yendo tan bien porque no le encontraba la vuelta todavía. Le dije: “Arriesgate, de alguna manera lo hacemos” Y le enseñé a editar mis videos, gracias a eso yo tenía más tiempo de grabar más hasta que en 2020 le empecé a dedicar de lleno a YouTube y ahí me cambió la vida.
—Tuviste un rol muy adulto en tu familia...
—Sí, me tocó madurar de muy chico. No sé si es bueno o malo, pero yo siento, siempre lo digo, que no tengo 26 años, siento que tengo una vida de alguien mucho mayor. Hay gente que me juzga por la edad y no sabe de dónde vengo, cuál es mi historia.
—¿Con qué te juzgan?
—Hoy mi realidad económica es muy distinta a cuando nací y tal vez juzgan cómo me visto, cómo me arreglo, hay gente que lastima y yo pienso: “Si supiera... Vení a mi barrio, que te lo presento”. No pasa ni por la esquina. Siento que ese es el gran éxito. O sea, haber salido de ahí, haber podido sacar a mis abuelos del barrio, a mi mamá, a mi hermano. Yo pasé mucha delincuencia también, o sea, a mis abuelos les robaron varias veces, a mí me pusieron un fierro en la cabeza, me agarraron de rehén cuando tenía 6 años.
—¿Cómo fue eso?
—Entraron al voleo a la casa de mis abuelos, que era superhumilde, y me agarraron de rehén. A mi abuela le dijeron: “Dame todo o te mato al guacho”. Después, también, a los 15 años me quisieron llevar a mi hermano, nos siguieron con un auto y lo quisieron secuestrar y yo lo agarré, se lo saqué al tipo que me estaba apuntando con un fierro a la espalda, se lo saqué y salí corriendo. Y no me importó si me tiraban o no, era mi hermano. Igual yo sigo yendo allá, tengo a parte de mi familia y a mis amigos del barrio, aunque de algunos me alejé porque están presos y cosas así. Hay mucha gente que toma caminos distintos en situaciones en las que la vida los aprieta, pero también hay mucha gente buena que quiere salir adelante como salí yo, y sé que soy motivación para muchos. La gente me quiere mucho allá, yo en todos lados digo que vengo de Banfield y que nací en Zona Sur.
—Se te ve muy maduro
—Sí, soy tipo alma vieja (risas). Yo fluyo. En el amor soy igual. En todo soy igual, fluyo, ahora estoy concentrado en mi trabajo y en mis cosas y en crecer, porque acá si no te renovás, te comen, es así, pero el sueño de mi vida es formar familia.
—¿Te gustaría ser papá?
—Me encantaría y me siento super preparado para serlo. Sé que sería un papá increíble, superpresente.
—¿Saldrías con una mujer más grande?
—Sí, siento que viví mucho. La edad nunca fue un prejuicio para mí. Mi primera novia era un poco más grande que yo, después tuve una pareja que era más chica y estábamos como desconectados: en etapas distintas de vida y me ha pasado de conocer gente más grande y sentirme más cómodo. Siento que en una relación es muy importante estar con alguien que tenga proyectos de vida, siento que una compañera de vida es muy importante y tiene que entenderte a vos también y acompañarte.
—Hay muchos rumores de romance que te relacionan con Evangelina Anderson ¿Cuál es tu vínculo con ella?
—Con Eva pegamos la mejor desde que nos conocimos, y además sus hijos son fanáticos míos. Al principio pegamos onda por ese lado, que es por ahí lo mismo que pasó con Wanda . Siento que ella tiene gran parte de responsabilidad de que yo haya entrado acá, porque me ha mandado mensajes antes diciéndome: “Tenés que entrar, tenés que llegar a la final”.
—Entonces con Evangelina...
—Nada, a mí me parece hermosa. O sea, para mí es la mujer más linda del país, es un orgullo que me vinculen con ella, pero hoy en día es mi compañera de trabajo, nos llevamos superbién. No me gusta hablar tanto porque ella está en un divorcio, tiene una familia, hay mil cosas atrás... A veces dicen cosas sin saber, porque en el video que trascendió no había ningún beso.
—Hay un approach...
—Sí, hay un acercamiento como hay con todos. La Joaqui es mi mejor amiga y con ella soy supercariñoso también... Pero en serio no nos estábamos dando ningún beso en el video, estábamos hablando cerca porque ella estaba mal de la voz. Repito, para mí es un orgullo que me vinculen con ella pero me parece que ella está en otra, que no tiene tiempo para conocer a alguien.
—O sea...¿estás soltero?
—Si.
—¿100% soltero?
—70% (risas).