La hija de María Corina Machado recibe el Nobel de la Paz en una ceremonia cargada de críticas a Maduro
OSLO.– A la una de la tarde —hora local—, el Instituto Nobel Noruego celebró en el Ayuntamiento de la capital la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz, marcada este año por un eno...
OSLO.– A la una de la tarde —hora local—, el Instituto Nobel Noruego celebró en el Ayuntamiento de la capital la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz, marcada este año por un enorme revuelo dentro y fuera de Venezuela. A primera hora del miércoles, los organizadores confirmaron que la galardonada, la líder opositora María Corina Machado, finalmente no estaría presente en la gala, aunque sí había logrado abandonar su país y viajar hacia Oslo. Su hija, Ana Corina Sosa Machado, la representó en el escenario.
La propia Machado había dicho horas antes que se encontraba en ruta hacia Noruega. “Estaré en Oslo, estoy en camino a Oslo ahora mismo”, afirmó en un mensaje de audio dirigido al jefe del comité Nobel, Joergen Watne Frydnes, difundido por el Instituto Nobel. No estaba claro desde dónde se comunicaba.
El director del organismo, Kristian Berg Harpviken, confirmó que “lamentablemente, no se encuentra en Noruega ahora. Y no estará en el escenario del Ayuntamiento de Oslo”, aunque sostuvo que “está a salvo” y que se esperaba su llegada entre la noche y la mañana del jueves.
Su vocera, Claudia Macero, añadió: “Confirmamos que ella no asistirá a la ceremonia del Nobel, pero somos optimistas sobre su presencia en el resto de la agenda del día”, sin precisar su paradero.
La incertidumbre llevaba días creciendo, en especial después de la cancelación de la tradicional conferencia de prensa del Nobel. Machado vive en la clandestinidad desde agosto de 2024, tras ser impedida de competir en una elección presidencial que la oposición asegura que ganó su candidato, Edmundo González Urrutia, hoy exiliado. Su última aparición pública fue el 9 de enero, durante una protesta en Caracas contra la investidura de Nicolás Maduro.
En la ceremonia, el discurso de apertura de Frydnes ofreció uno de los diagnósticos más duros pronunciados en un acto del Nobel sobre la situación venezolana. Señaló que quienes denuncian abusos pagan un precio altísimo. “Quien aún cree en decir la verdad en voz alta puede desaparecer violentamente dentro de un sistema construido específicamente para erradicar esa creencia”, advirtió. Y agregó: “Mientras estamos aquí en el Ayuntamiento de Oslo, personas inocentes están encerradas en celdas oscuras en Venezuela. No pueden oír los discursos de hoy, solo los gritos de los prisioneros torturados”.
En uno de los momentos más contundentes de su intervención, Frydnes lanzó un mensaje directo al Palacio de Miraflores: “Maduro acepte los resultados y renuncie”. La frase desató una ovación inmediata en el Ayuntamiento de Oslo, donde los asistentes —entre autoridades, dignatarios internacionales y miembros de la diáspora venezolana— se pusieron de pie para aplaudir.
La ceremonia siguió el estricto protocolo vigente desde 1905: en el discurso inicial, Frydnes presentó una semblanza biográfica de Machado y explicó los motivos de la elección. Luego, su hija recibió el diploma y la medalla frente a miembros de la casa real noruega, autoridades del país escandinavo y cientos de asistentes.
El Instituto Nobel destacó que Machado emprendió “un viaje en una situación de peligro extremo”, y recordó el carácter represivo de un régimen “dispuesto a utilizar absolutamente todos los medios contra la oposición”. El fiscal general venezolano, Tarek William Saab, había advertido el mes pasado que sería considerada una “fugitiva” si abandonaba el país, donde la acusa de “actos de conspiración, incitación al odio y terrorismo”. Su llegada a Oslo reaviva la incógnita de si podrá regresar o si deberá asumir un liderazgo desde el exilio.
El comité noruego definió el premio de este año como un reconocimiento a “una persona valiente, de firmes principios y profundamente comprometida con la paz: una mujer que mantiene viva la llama de la democracia en medio de una creciente oscuridad”. La decisión, anunciada el 10 de octubre, fue interpretada como una de las mayores victorias simbólicas de la oposición venezolana en más de dos décadas. El galardón subraya la defensa incesante de Machado de los derechos humanos y la determinación con la que ha enfrentado al gobierno de Maduro.
En Oslo ya se encuentran la madre, la hermana y otros miembros del círculo íntimo de la dirigente venezolana. Entre los asistentes latinoamericanos destacan los presidentes Javier Milei (Argentina), Santiago Peña (Paraguay), Daniel Noboa (Ecuador) y José Raúl Mulino (Panamá), así como Edmundo González, el excandidato presidencial opositor. También viajaron figuras políticas y aliadas internacionales como Cayetana Álvarez de Toledo, la congresista republicana María Elvira Salazar y el expresidente colombiano Iván Duque. La única gran ausente es la protagonista del día.
La entrega del Nobel ocurre en un contexto sensible para Venezuela. Se esperan manifestaciones a favor y en contra de Machado en una Oslo bajo estrictas medidas de seguridad. Mientras muchos la celebran por su rol en favor de la democratización del país, otros la cuestionan por su cercanía con Donald Trump, a quien dedicó el premio. Todo esto ocurre mientras Estados Unidos despliega un importante dispositivo militar en el Caribe y lleva adelante operaciones contra embarcaciones acusadas de narcotráfico, acciones que Machado ha defendido y que Maduro denuncia como un intento de derrocarlo y apoderarse de las reservas petroleras venezolanas.
La historia del Nobel de la Paz registra cinco casos de galardonados que no pudieron asistir por encontrarse encarcelados o detenidos. “Existe una larga tradición de que cuando un galardonado no puede estar presente, los familiares cercanos los representan”, recordó Harpviken. “La hija ofrecerá el discurso que su madre ha escrito”.
Desde Oslo, el activista venezolano Gustavo Tovar-Arroyo resumió el clima entre los seguidores de la opositora: “Hicimos todo lo que pudimos para que ella estuviera aquí como se merece. Pero conocíamos el riesgo. Estamos decepcionados, pero esto es parte de lo que hacemos cuando luchamos contra una dictadura, una tiranía o un régimen criminal. Así que estamos acostumbrados a ello”.
Mientras tanto, en Estocolmo también se entregan este miércoles los Premios Nobel en literatura, química, medicina, física y economía, en presencia del rey Carlos XVI Gustavo.
Agencias AFP, AP, ANSA y Reuters