Lo último

Las áreas de seguridad de la Argentina y Brasil intensifican el intercambio de datos para frenar el contrabando de armas

En los informes de inteligencia criminal aparece cada vez con más frecuencia la mención a la actividad local del Primer Comando Capital (PCC), una de las más poderosas bandas brasileñas que est...

En los informes de inteligencia criminal aparece cada vez con más frecuencia la mención a la actividad local del Primer Comando Capital (PCC), una de las más poderosas bandas brasileñas que está en un proceso de colonización continental. La presencia de ese cartel que tiene en el narcotráfico a su negocio primario, pero que se expande en toda actividad ilícita en los territorios que ocupa, es permanente en Paraguay. Y es un riesgo potencia en nuestro país.

Para tomar dimensión del peligro representado por el PCC se puede marcar que en Rosario, por ejemplo, los clanes narco que llevaron a esa ciudad a una espiral ascendente de violencia utilizan como armamento más poderoso la ametralladora FMK3, un subfusil 9mm que desde los años 80 “se pierde” de los arsenales policiales, mientras que la banda brasileña generó golpes en Paraguay con ametralladoras antiaéreas calibre 12,7 montadas en camionetas. La diferencia de fuego es similar a la diferencia de gol que tendría un equipo de la primera C metropolitana en relación a un club de primer nivel europeo.

Ese poder de fuego es motivo de preocupación, ya que merodea en los alrededores de nuestras fronteras, ingresando de tanto en tanto para dar golpes comando, como el robo de avionetas en Chaco. El tráfico de armas fue, justamente, es de los puntos en los que se intensificará el intercambio de datos entre las autoridades argentinas y brasileñas.

El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, recibió ayer en su despacho al director general de la Policía Federal de Brasil, Andrei Augusto Passos Rodrigues, en un contacto oficial que sirvió para profundizar el acuerdo entre esa fuerza de seguridad brasileña y la Policía Federal Argentina, que estuvo representada en la reunión por su jefe, el comisario general Juan Carlos Hernández. En el encuentro también participaron jefes de la Gendarmería, Prefectura y Policía de Seguridad Aeroportuaria.

Según lo informado oficialmente, se firmó una declaración de intención que promueve “la más amplia cooperación y asistencia recíproca en la prevención y abordaje de actividades ilícitas, especialmente transnacionales, tales como tráfico ilícito de drogas y sustancias psicotrópicas, terrorismo internacional, blanqueo de capitales, tráfico ilícito de armas de fuego, municiones y explosivos, tráfico y trata de personas, contrabando de vehículos, daños al medio ambiente y delitos informáticos, entre otros”.

El tráfico de armas no se trata de una situación abstracta, sino una amenazante realidad. La semana pasada fue descubierta una maniobra para abastecer de armamento militar al PCC desde Paraguay. La policía militar brasileña del estado de Parana interceptó dos camiones que transportaban fusiles de asalto, ocultos en un cargamento de arroz.

El crimen de Fernando Báez Sosa: los fiscales y Burlando pedirán la prisión perpetua para los ocho jóvenes acusados

Ese hallazgo se registró en la localidad brasileña de Iporá, donde fueron incautados 10 fusiles de asalto, 21 escopetas tácticas semiautomáticas Deray calibre 12 y 124 pistolas 9mm.

La preocupación argentina tiene que ver con las avanzadas del PCC que se fueron detectando en los últimos meses. Las autoridades nacionales sospechan, con firmes argumentos, que esa banda transnacional está detrás del robo de avionetas tanto aquí como en Paraguay. Dos casos se registraron en aeroclubes de Chaco desde la pasada Navidad. El último caso fue trágico para los atracadores: el Cessna 206 se estrelló poco después del apurado despegue y murieron los cinco hombres que se habían apoderado de la aeronave en Villa Angela.

Seis días antes ocurrió un robo similar del otro lado de la frontera, en Paraguay, según voceros de la Secretaría Nacional Antidrogas de ese país. En una zona rural, cinco personas robaron una avioneta Cessna 182 en Colonia San Miguel, en Alto Paraná. Según la denuncia del productor agropecuario Jacob Schroeder, dueño de la estancia, cinco hombres con chalecos antibalas de la Policía de Investigaciones de ese país llegaron en una camioneta –que abandonaron- y se llevaron el avión. Estaban armados con fusiles M-4 y M-16. Tres días después la avioneta fue secuestrada en región de Beni, Bolivia, por agentes del Centro de Coordinación de Operaciones Antinarcóticos de la Policía boliviana.

El hallazgo de esos camiones con armas en Brasil podrían tener algún punto en común con esos robos de avionetas que son luego usadas para trasladar cocaína desde Bolivia a Paraguay, Brasil y la Argentina. Es que el testigo del golpe en Colonia San Miguel hizo referencia al uso de fusiles M16, mención genérica a la línea de armas norteamericanas en servicio desde los años 60 que sigue activo con modificaciones estructurales, pero ese relato bien pudo confundir al M16 con la escopeta táctica Deray, ya que comparten la forma de punto de agarre superior, la imagen más característica del arma de los Estados Unidos. Esa escopeta fue encontrada en los cargamentos de arroz que transportaba los camiones interceptados antes de su llegada a manos del PCC.

Todo el movimiento irregular de armas en las zonas de fronteras interesan a las autoridades de uno y otro lado. Por eso se busca intensificar el intercambio de información.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/seguridad/las-areas-de-seguridad-de-la-argentina-y-brasil-intensifican-el-intercambio-de-datos-para-frenar-el-nid24012023/

Comentarios
Volver arriba