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Las demoras del Gasoducto y las consecuencias económicas

Recientemente, Cammesa, la compañía responsable de administrar la oferta y la generación de energía para satisfacer la demanda en todo el territorio nacional, obligó la temprana erogación de ...

Recientemente, Cammesa, la compañía responsable de administrar la oferta y la generación de energía para satisfacer la demanda en todo el territorio nacional, obligó la temprana erogación de agua en las represas que producen de hidroelectricidad en la región del Comahue. Esto probablemente provocará inconvenientes en amplios sectores aguas abajo del valle del Río Negro y Neuquén. Las decisiones tienen consecuencias, y las malas decisiones, costos.

No podemos desconocer los efectos de esa medida. Sin embargo, se adoptó por la presión que provoca la falta de otro insumo clave para la producción de energía eléctrica: el gas natural.

Hoy Vaca Muerta está en condiciones de abastecer la demanda de gas de todo el territorio nacional. Y aún podría exportar varias veces ese nivel de consumo. Esto no ocurre porque la producción se ve taponada por la falta de ductos que permitan transportarlo a los sectores de su utilización y eventualmente exportación. Esta situación estaba prevista hace más de 10 años. Por eso el gobierno de Mauricio Macri preparó la licitación de un nuevo gasoducto entre Tratayén y Saliquelló. Macri perdió las elecciones y el actual gobierno suspendió la licitación y recién a fines de 2022, luego de mucho “vamos viendo”, cambios que significaron retrocesos y procesos poco claros, comenzaron las obras del rebautizado Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK).

Este ducto es clave para la Argentina: una vez en funcionamiento permitirá compensar la caída de las importaciones de gas boliviano y evitar la importación de gas vía buques metaneros, aportando a un mejor equilibrio en la balanza energética, con la consecuente retención de dólares. Sin embrago, y a pesar que estamos cerca de su “inauguración”, debemos señalar numerosas cuestiones:

En enero de 2020, el gobierno actual presentó un plan energético que incluía la licitación de este gasoducto, pero su ejecución tardía nos provoca una pérdida directa a los argentinos superior a los US$5000 millones anuales. Una cifra demasiado abultada para que no haya responsables de semejante procrastinación.¿Cuál fue el criterio para que el gasoducto sea ejecutado con dinero público, en lugar de licitarse y que lo financien las empresas privadas? Esa decisión también es muy costosa para los argentinos. El gasoducto así planteado va a tener un costo, en su primer tramo, de US$2400 millones. Más del doble de lo que la licitación original contemplaba.¿Por quién va a ser operado este gasoducto construido por el gobierno nacional en forma directa a través de Enarsa? No está definido eso aún, y es un aspecto central. Si lo va a operar el Estado en forma directa como ha ocurrido con el GNEA (Gasoducto del Noreste), la ineficiencia volverá a comprobarse, así como se repiten las irregularidades en la ejecución de las obras.El gasoducto no estará terminado para el 20 de junio, fecha prometida para los festejos. Se especula que se llene, hagan las pruebas de puesta en marcha y esté operativo recién en agosto, mucho después de la aparición de los primeros fríos. Las plantas compresoras es probable que recién estén activas en noviembre, demasiado tarde para este año. Eso nos va a obligar a importar gas a precios internacionales a pagar con los dólares que no disponemos.¿Cuál es la razón por la que el segundo tramo del gasoducto no fue licitado? Nueva demora inexplicable que puede depararen sobrecostos altísimos.

Estas dudas, que son solo algunas de las que surgen de este proceso, muestran los efectos nocivos del excesivo intervencionismo, de la falta de planificación, del inexistente liderazgo, de la preminencia de relato por sobre la gestión. En fin, del populismo. Un populismo que sale caro, varios miles de millones de dólares en este caso, y es posible que este derroche quede impune quizás en consonancia con el nombre con que se conoce por ahora el gasoducto.

El futuro gobierno va a tener que cambiar drásticamente esta etapa oscura de la energía argentina. Cambios profundos, de libertad económica, reglas claras, previsión y apertura. Tal vez, simbólicamente también la denominación del gasoducto.

Diputado Nacional de Neuquén por Juntos por el Cambio y vicepresidente de la Comisión de Energía.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/opinion/las-demoras-del-gasoducto-y-las-consecuencias-economicas-nid17032023/

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