Manuel Wirzt: la confesión de Pappo, su gira por la URSS, la profecía de su hermano y su vuelta a la calle Corrientes
Actor, mimo, conductor de televisión, director teatral, cantante, compositor, Manuel Wirzt es, sin duda, un artista absolutamente multifacético. Cercano a los 40 años de trayectoria y mientras p...
Actor, mimo, conductor de televisión, director teatral, cantante, compositor, Manuel Wirzt es, sin duda, un artista absolutamente multifacético. Cercano a los 40 años de trayectoria y mientras participa como jurado en Bienvenidos a ganar (El Nueve), el reconocido cantautor viene demostrando una enorme y probada versatilidad en las más variadas disciplinas artísticas, factor que a su vez lo ha convertido en una figura querible, respetada y por demás popular.
Oriundo de San Nicolás y hermano del recordado baterista Daniel “El Tuerto” Wirzt (fallecido en 2008 y miembro de Spinetta y Los Socios del Desierto, La Sonora de Bruno Alberto y con una destacada participación tanto en la banda de Fito Páez como en la de Juan Carlos Baglietto, entre muchos otros proyectos), Manuel retomó ahora el sendero musical a cinco años de la aparición de Todo, su último álbum de estudio. Esta tarea la está llevando a cabo no sólo a través de los preparativos de una presentación prevista para el 14 de noviembre en el teatro Broadway sino también mediante el registro de nuevas versiones de sus clásicos temas en compañía de grandes nombres de la música popular argentina. De este modo, y entre otros artistas que se irán develando en los próximos meses, hasta el momento Ruggero sumó su voz en “Rescata mi corazón”; Gerónimo Rauch hizo lo propio en “No llores por nada”; en tanto que “Por ti lo haré” cuenta con el aporte de Rodrigo Tapari.
“Todo surgió con el objeto de celebrar los 30 años de Magia, un disco que salió en 1994 y que fue una bisagra en mi carrera. Ahí están ‘Rescata mi corazón’, ‘Por ganar tu amor’ y muchas otras canciones que tuvieron una amplia difusión. Entonces, se me ocurrió que sería una muy buena idea volver sobre esos temas y festejar el aniversario pero junto a amigos de la música y con gente que quiero y admiro”, relata Manuel Wirzt para luego completar: “Ahí aparecieron Ruggero, Gerónimo Rauch, Rodrigo Tapari y muchos otros grosos que gentilmente accedieron pero que por ahora prefiero no nombrar para mantener el efecto sorpresa”.
–¿Cuál fue el criterio de selección de artistas para cada canción en particular?
–En principio, la cercanía, lo que me une con cada uno de ellos. Por ejemplo, Ruggero fue el primer artista que hizo una versión de “Rescata mi corazón” para la serie Violetta, que tuvo un impacto tremendo en todo el mundo. Y luego me enteré de algo muy curioso: él nació el mismo año en que surgió la canción. Así que lo invité y aceptó de una, ya que ese tema también fue muy importante en el inicio de su propia carrera. De alguna manera, fue una excusa para unir ambas historias. Con Gerónimo nos cruzamos infinidad de veces y siempre hablamos de hacer algo juntos pero nunca se concretaba. Ahora que surgió esta idea de grabar mis temas a dúo, lo llamé y al toque me dio el okey. Y con Rodrigo Tapari, a quien conocí siendo conductor de la tercera temporada de Canta conmigo ahora en eltrece, sucedió exactamente lo mismo. Pegamos muy buena onda desde el principio y creí que una voz como la suya era la más indicada para un tema como “Por ti lo haré”.
–¿Creés que este era el momento adecuado para revisitar tus temas y descubrir, además, que muchos de ellos superaron el paso del tiempo madurando bien?
–No sé si realmente era el momento adecuado. En este caso, yo me moví por la exclusiva necesidad de hacer algo que tuviera que ver con una celebración. Soy un tipo que siempre vive la vida pensando que hoy arranca todo y que ahora es el momento. Para mí, un día que pasa no es un día más, es un día menos. No puedo dejar pasar el tiempo y no disfrutar de lo que tengo ganas. Ya tuve un proceso de aprendizaje, donde me pegué muchas piñas contra la pared, caí al piso y me levanté. A esta altura del partido me quiero divertir. Por eso reuní a todos estos colegas para darme el gusto de compartir con ellos un puñado de canciones que significan mucho para mí. La verdad es que no me detuve a pensar si los temas maduraron bien o no. Tampoco le di demasiadas vueltas a la cosa; me estoy moviendo en base a emociones y por la necesidad de construir nuevos recuerdos.
–Más allá de este proyecto en sí, ¿seguís componiendo o tus otras ocupaciones no te lo permiten como quisieras?
–Sí, todo el tiempo. Como dije antes, para mí todo está arrancando. Siempre estoy buscando una buena historia para contar y tratando de componer mi mejor canción, algo que todavía no logré. Cuando aparece algún proyecto de teatro o un musical, enseguida me siento a componer, escribir y a diseñar la puesta en escena y el vestuario. Constantemente estoy activando esa parte creativa que, por otro lado, es la que más satisfacciones me ha dado. Aún tengo varias asignaturas pendientes y una de ellas es la de grabar un álbum con versiones de temas populares. En mis discos siempre aparece alguna canción de otro autor, como Litto Nebbia, Leonardo Favio o Andrés Calamaro. También grabé tangos famosos como “Uno” y “Tarde”. Sin embargo, me gustaría concretar la idea de un álbum propio pero dejando de lado al compositor y explotando más mi costado de intérprete.
–En breve se viene el show en el Broadway, una sala muy especial para vos ya que hace 30 años allí presentaste oficialmente Magia, uno de tus álbumes más emblemáticos. ¿Es así?
–Absolutamente. Para mí, es “el” teatro. Más allá de los invitados que puedan llegar a participar del show, va a ser muy importante cantar estas canciones en sus nuevas versiones y que el público las descubra en las voces de otros artistas. Por otro lado, hace mucho tiempo que no me presento en la calle Corrientes. Así que será muy especial reencontrarme con la gente en esa sala que tanto quiero junto a mi banda, recorriendo los temas de toda mi carrera y quizás sorprendiendo con alguna cosita nueva, algún estreno. No sé, vamos a ver…
–A propósito del aniversario de Magia ¿qué recordás de la grabación de ese disco consagratorio en el que estuviste acompañado por un seleccionado de ilustres músicos como Billy Preston, Vinnie Colaiuta, Tim Pierce y Luis Conte, entre otros?
–Lo primero que se me viene a la cabeza es cuando el productor Gustavo Borner me dijo que Billy Preston estaba disponible para la grabación. Yo creí que se trataba de un chiste. Pero cuando vi al mismísimo tecladista de Los Beatles entrar al estudio en Los Ángeles, me puse a llorar de la emoción. Cada vez que el tipo terminaba su parte, yo me acercaba para abrazarlo y agradecerle. Él no entendía nada pero después le explicaron que los argentinos somos muy efusivos y me terminó regalando una de sus clásicas gorras. Vinnie Colaiuta, que recién había llegado de una gira con Sting, ingresaba al estudio y antes de sentarse frente a su batería, se ponía en posición de yoga y meditaba para relajarse. También fue un lujo contar con Tim Pierce en el solo de guitarra de “Por ganar tu amor”; el tipo había metido violas en los discos de Michael Jackson y Madonna y ahora estaba participando en un tema mío. ¡Una locura! Sin embargo, lo mejor fue haber podido grabar algunas voces acompañado por Colaiuta y Jimmy Johnson, el bajista de James Taylor y Chick Corea, como se hacía antiguamente; es decir, todos al mismo tiempo y en vivo. Ambos estaban acostumbrados a grabar sus respectivas partes por separado, sin compartir momentos con el artista principal para luego volverse a sus casas. Así suelen laburar los músicos sesionistas. Por eso, cuando yo les propuse grabar juntos, aceptaron de muy buena gana porque para ellos escapaba de lo habitual y lo disfrutaron mucho. La estadía en general fue alucinante, no sólo porque se trataba de mi primera vez en Estados Unidos sino porque además pude grabar en los mismos estudios donde habían estado Guns N’ Roses, Supertramp, Madonna y tantas otras estrellas de la música. Y también fue mi primera vez en los parques de Disney (se ríe).
–Entre otras anécdotas, ¿cómo se dio aquella insólita gira por la ex Unión Soviética junto a La Torre en 1988?
–Yo aparezco por allí en 1987 contratado como mimo y clown para participar en un espectáculo de folklore y tango. Pero bajo el brazo me había llevado una copia de Funcionamiento, mi primer álbum, y a todos les decía que yo hacía rock y les insinuaba que estaría buenísimo regresar al año siguiente pero con un show rockero. En ese momento, el rock en la Unión Soviética era algo muy under, casi clandestino. Sin embargo, a la productora le sedujo mi idea y cuando se la propuso a los rusos, ellos aceptaron pero con la condición de que en el escenario aparezcan un hombre y una mujer. Automáticamente pensé en Patricia Sosa y La Torre, la mejor banda de rock de aquel momento. Así que terminamos tocando allí los dos juntos como teloneros de Vladimir Kuzmin, uno de los primeros artistas rusos que se animó a hacer rock y que intercalaba temas propios con covers de Europe, Scorpions y Deep Purple. Recuerdo estar caminando todos juntos por las calles de Moscú y sentirnos como Sylvester Stallone en Rocky IV; la gente nos miraba como a bichos raros por el pelo largo y nuestra ropa. La experiencia fue insólita pero genial. Al punto tal que al año siguiente La Torre regresó para realizar su propia gira.
Manuel Wirzt y Gerónimo Rauch: "Nena ya no llores por nada"–¿Qué te dejó como experiencia el haber conducido varios programas infantiles de televisión durante la década del noventa e incluso ser nombrado director de la República de los Niños en 2016?
–Todo lo que tenga que ver con el público infantil fue y sigue siendo muy importante en mi vida. Gracias a No te quedes afuera, el programa que hice en la Televisión Pública, yo empecé a darme a conocer y a ingresar en los hogares. Yo me disfrazaba de payaso, contaba cuentos, jugaba a la bolita y me divertía mucho con los chicos pero también aprovechaba el espacio para cantar mis canciones aptas para todo público, como “Donde quiera que estés”. Me acuerdo que en aquella época y después de dar un show en The Roxy, a eso de las 3 de la mañana de golpe se apareció Pappo en el camarín y me confesó: “Manuel, me encanta el programa que hacés para los chicos. Lo veo todas las tardes mientras tomo la leche con mi vieja”. Escuchar esas palabras de boca de Pappo fue como recibir la bendición papal. Me caí de espaldas. Pero al mismo tiempo eso me ayudó a quitarme de encima los prejuicios que tenía de estar haciendo un programa infantil cuando en realidad yo me sentía un cantante de rock. Ahí fue cuando me dije: “Si a Pappo le gusta, entonces vamos para adelante”. Aún hoy tengo una conexión muy especial con los chicos. Me encantaría volver a trabajar para ellos e inclusive alguna vez saldar la deuda de grabar un disco con canciones infantiles.
–¿Qué balance podés realizar considerando una carrera tan ecléctica como la tuya y en la que compartiste escenarios y sets televisivos con Guillermo Francella, Martín Bossi y el “Puma” Goity, entre otras figuras del espectáculo?
–El balance es hermoso y la pasé bárbaro trabajando con todos ellos. Pero sólo es el principio de todo lo que se viene. Sostengo la idea de que yo estoy siempre empezando de nuevo, como dice Lennon en “(Just like) Starting over”. A mí me abren la tranquera y arranco. Es así: esto recién empieza.
–¿Cuánto influyó tu hermano Daniel en esta manera de encarar la vida y en la elección de tu camino artístico?
–“El Tuerto” va conmigo a todos lados y está todo el tiempo cerca mío. En cada acorde, cada nota, cada grito, cada golpe; él siempre está presente. Lo llevo como algo sagrado en mi corazón. Es el tipo que me mostró a Los Beatles, que me hizo conocer a Charly García y al Flaco Spinetta y el primero que me contó todo sobre Led Zeppelin, Deep Purple y Steely Dan. En definitiva, fue el que despertó en mi toda la locura por el rock y la música en general. De chico, él tocaba la batería golpeando unos palos de escoba sobre esas latas redondas de dulce batata; quería ser como Pomo, el baterista de Invisible, y soñaba con tocar con Luis Alberto Spinetta. Por eso, cuando muchos años después el Flaco lo convocó para ser parte de Los Socios del Desierto estaba tan emocionado que organizó una fiesta para celebrar la noticia. Durante esos festejos, yo lo felicité por haber logrado lo que tanto deseaba y me dijo: “Vos también vas a cantar alguna vez con el Flaco”. Por supuesto, no le creí. Pero cuando Daniel falleció, yo compuse “La vida”, un tema dedicado a él en el que terminé cantando junto al propio Spinetta. Me acerqué hasta La Diosa Salvaje, su estudio en Villa Urquiza, y él con una tremenda humildad grabó varias tomas de su voz hasta encontrar la adecuada. Cuando creí que ya habíamos terminado, Luis me dijo: “Después voy a meter unas violas, pero ahora vamos a tomar unas mates y quiero que me cuentes cosas de Francella”. Resulta que Spinetta era fanático de Poné a Francella y quería que le tirara detalles del programa. Más allá de lo simpático de la anécdota, lo más importante fue que finalmente se cumplieron las palabras de mi hermano.
Rescata Mi Corazón - Manuel Wirzt y Ruggero