Mario Casas, en la Argentina: a qué vino, por dónde estuvo y el regalo que lo hizo caer en la tentación
Su llegada era una de las más esperadas. Es que, a pesar de la popularidad que tiene en nuestro país, Mario Casas vino contadas veces a la Argentina. La primera fue allá por 2010 cuando el actor...
Su llegada era una de las más esperadas. Es que, a pesar de la popularidad que tiene en nuestro país, Mario Casas vino contadas veces a la Argentina. La primera fue allá por 2010 cuando el actor fue convocado para filmar Carne de Neón, una producción escrita y dirigida por Paco Cabezas y con un elenco iberoamericano entre el que se encontraban figuras como Darío Grandinetti.
Por ese entonces, el español -oriundo de La Coruña- venía de arrancar suspiros con sus papeles en Sin miedo a soñar, Fuga de cerebros, Los hombres de Paco y Tres metros sobre el cielo, film que definitivamente le dio el mote de galán y un amor de cuatro años con su coprotagonista María Valverde. Sin embargo, su mayor popularidad en nuestra tierra llegó de la mano de El Barco, la serie que en 2014 hizo con Blanca Suárez.
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Hoy, casi una década después, su carrera dio un giro de 180 grados. Si bien sigue siendo uno de los hombres más sexy de la industria, en los últimos años Mario Casas ha trabajado arduamente para despegarse de ese mote que durante mucho tiempo lo tenía encasillado. ¡Y lo logró! Títulos como Contratiempo, Hogar, El fotógrafo de Mauthausen, El practicante y El inocente demostraron que este galán estaba para mucho más. Mientras que su primer Goya llegó en 2020 con su protagónico en No matarás, hace unos días fue ovacionado en el Festival de Málaga por su actuación en El secreto del Orfebre, film que llegó a todos los cines a fines de febrero.
Un galán suelto en Buenos AiresSi bien su visita se mantuvo bajo total hermetismo, su paso por Santiago de Chile días atrás confirmó lo que se sospechaba: Mario Casas haría escala en Buenos Aires antes de regresar a Madrid, lugar donde reside. Esta vez no fue una serie o una película lo que hizo que el artista se suba a un avión, sino su rol como embajador de la línea de perfumes de Antonio Banderas.
Un nuevo lanzamiento fue la excusa perfecta para encontrarse con su público argentino, ese que desde hace años reclama su presencia. Hospedado en el Hotel Four Seasons, Casas arribó el miércoles por la tarde con una comitiva digna de una verdadera estrella, entre la que se encuentran su hermana, Sheila Casas, que desde hace años se desempeña como su asistente personal y representante, y dos amigos íntimos del actor.
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Si bien el intérprete de El bar aprovechó parte del miércoles para relajarse en el gym del hotel y probar algunas exquisiteces típicas del país, sus compromisos comenzaron el día jueves con una sesión de fotos por lugares emblemáticos de la ciudad. Quienes tuvieron la suerte de estar por Caminito o por la zona del Obelisco seguramente se toparon con él.
La primera parada de este shooting, que tenía como objetivo presentar la nueva fragancia de la marca, fue en el pintoresco paseo de La Boca. Si bien la cita era a las 10.30 de la mañana, el galán se hizo esperar y casi cuarenta y cinco minutos después llegó caminando entre su equipo mientras los pocos turistas que pululaban por la zona se preguntaban si realmente era él. Con su pantalón de vestir, su sweater de hilo y su saco en tonos off white, fue imposible que pasara inadvertido.
Tras saludar al equipo de fotografía que lo esperaba en el lugar y a los pocos periodistas invitados para ser testigos de esta jornada de fotos, Casas se puso en acción. Tomas caminando hacia la cámara, poniéndose perfume o lanzando su característica sonrisa, se repitieron una y otra vez. Luego se sumó Stefanía Roitman, la cara femenina de la campaña, y quien gracias a sus raíces le dio algunos tips sobre qué hacer en el país. “Es un placer estar aquí en Buenos Aires aunque no tenemos mucho tiempo para disfrutar. Yo marcho mañana ya, pero bueno, he tenido la oportunidad de pasear un poco por ahí y es un placer”, confesó el actor, entre flashes.
La estadía en Caminito duró menos de lo esperado. “¡Es Mario Casas, sí!”, “Mario, ¡una foto por favor!”, “Queremos bailar un tango con vos”, fueron algunas de las frases que los turistas y las bailarinas de tango -que asiduamente están en el lugar- lanzaron ni bien lo vieron; haciendo sonreír al actor. Sin embargo, quienes no estaban muy contentos con el despliegue que generó su presencia fueron los trabajadores de los puestos ambulantes. El tumulto de espectadores, las vallas dispuestas para contener a los curiosos y la presencia de la policía de la Ciudad parecen haber molestado a este grupo de hombres que, a modo de protesta, empezaron a aplaudir para que se despeje la zona rápidamente.
¡Todos al obelisco!Si bien la parada en el emblemático Obelisco porteño estaba estipulada, llegó antes de lo previsto. Un motorhome blanco con todas las comodidades sirvió no solo de traslado sino también de camarín para que tanto Casas como Roitman se cambiaran de ropa. Mientras que la argentina lució un vestido rosa con flecos, el español optó por un look total denim que combinó con mocasines de charol negros.
Allí, el caos no se generó entre los puesteros o transeúntes del centro sino entre el tránsito que tocaba bocina incesantemente cuando las tomas en plena Diagonal Norte tardaban más de la cuenta. “Todos arriba de la vereda”, gritaba el director de fotografía cada vez que el semáforo se ponía en verde para dar paso a los autos. Este tiempo era aprovechado por Mario y su equipo de confianza para revisar el material fotográfico y elegir las mejores instantáneas. “Aquí te da demasiado el sol, tienes mucho reflejo en la cara”, opinaba Sheila Casas mientras su hermano coincidía.
Su exigencia a la hora de elegir las imágenes definitivas da cuenta del compromiso y la responsabilidad con que Casas se toma su trabajo. Es que para él, que Banderas lo haya elegido “es un regalo”. “Para mí Antonio es un ícono. Lo conozco hace 20 años, mi primera película como actor (El camino de los ingleses) fue con él como director y hace cuatro años me llamó para acompañarlo en este viaje, así que feliz y contento”, expresó el modelo mientras agregaba que compartir este proyecto con Stefi Roitman es “muy bonito”.
Caer en la tentaciónA pesar de que estará menos de 72 horas en el país, en lo que va hasta ahora el actor hizo de todo. ¡Y comió de todo! Fanático de lo dulce, Casas reveló cuál está siendo su debilidad por estos días: “Bueno, estoy muy contento con todos los alfajores que me están llegando. Habré comido como 20 ya”, lanzó con un tono avergonzado, aunque inmediatamente advirtió que ha reforzado su entrenamiento diario para no sentirse tan culpable. “Habré ido al gimnasio del hotel como cinco o seis veces”, dijo entre risas.
Otro de los regalos que recibió a modo de bienvenida fue un mate. “Alguna vez lo probé, pero no sé como armarlo”, aclaró mientras la esposa de Ricky Montaner se ofrecía a enseñarle. Y si hablamos de costumbres argentinas, la camiseta de la Selección con el número 10 y su apellido impreso no pudo faltar entre los presentes. “La verdad es que me han tratado muy bien. Siempre me llegan muchos mensajes de la gente. Desde España, noto mucho el cariño y el respeto por redes sociales. Así que es un placer para mí estar aquí”, dijo horas después en un evento celebrado en el Banco Reconquista que reunió a figuras locales como Pampita Ardohain, Paula Chaves, Pedro Alfonso, los exGH Julieta Poggio y Marcos Ginocchio, Esteban Lamothe, Gastón Edul y el “Pollo” Álvarez.
Este viernes, después de su paso por el streaming de Olga y de cumplir con algunas entrevistas pautadas, el galán dejará nuestro país rumbo a Madrid. Aunque, al parecer, será por poco tiempo. “Va a haber una sorpresa dentro de muy poco, quizá en un mes”, lanzó sembrando una gran expectativa e ilusión entre sus admiradores locales.