Monoambiente: Una reforma increíble le dio a estos 32m2 sensación de casa
“Renuncié a un trabajo y me lancé a reformar este departamento (adonde nos mudamos con mi marido cuando nos casamos) para convertirlo en mi carta de presentación como arquitecta independiente...
“Renuncié a un trabajo y me lancé a reformar este departamento (adonde nos mudamos con mi marido cuando nos casamos) para convertirlo en mi carta de presentación como arquitecta independiente”. Menuda apuesta, la de Victoria Diamore, socia de Dicha Studio. Que la obra -y su matrimonio- son un éxito lo demuestra que todos salieron airosos de la interminable cuarentena.
Esto era una suerte de caja de zapatos en un edificio de monoambientes. Hice la arcada para darle una dimensión más doméstica.
Arq. Victoria Diamore, dueña de casa y socia de Dicha Studio
Con ojo en el detalle“Me encanta vivir en lugares con decoración y arte, pero por un tema de tiempos y presupuesto, no les pusimos foco. Y, la verdad, en estos 32m2 con tanto diseño, hubieran resultado casi superfluos. La obra se extendió mucho por la pandemia, porque vivo ahí, y porque le puse a todo un nivel de detalle que los proyectos para clientes no suelen permitir”, comparte Diamore.
Victoria nos cuenta algo que la alegra mucho de su nueva sociedad con Agustina Millefanti (con quien fundó Dicha Studio): ser dos para las decisiones, tener con quién discutir ideas. El mueble de MDF revestido con mosaicos calcáreos (Gatti) está reforzado por un caño estructural, no tanto por el peso del revestimiento, sino por el de la abertura.
Nuevo sector de descanso“Lo principal era que la luz y el aire (natural y acondicionado) fueran de punta a punta. Entonces, hice una sección de ventana rebatible en la abertura, porque la puerta sola no iba a ser suficiente para ventilar y climatizar”.
“Ahora nos estamos por mudar, pero si volviera a empezar, finalmente pondría aquella persiana americana de color que tenía pensada para la ventana interna. Faltó esa privacidad para cuando uno trabajaba en el living o la barra y el otro quería descansar”.
“Es muy difícil conseguir un monoambiente con una espacialidad interesante, por eso le puse tantas fichas al cielo raso curvo con placas de yeso sobre una estructura de perfiles galvanizados”, dice la arquitecta.
Conquistar cada metro“Tras muchos años en una casa en Tigre, no quería vivir en Palermo ni en un monoambiente”, explica. “Tomé esos dos ‘no’ como plataforma, y busqué cómo un ambiente largo y sin gracia diera la sensación de estar en una casa (sobre todo, al brindar distintos espacios) con una gran conexión con la copa de los árboles”.
“Para estar en la ciudad sin estarlo, usé materiales, formas y colores que evocaran otros sitios, otros paisajes personales”.
Función y color para dividir
“Puse espejos en las alacenas para aprovechar los muebles existentes que no estaba dispuesta a hacer a nuevo. Volvería a repetir ese recurso porque desdibuja los volúmenes en espacios chicos”.
“La barra tiene una forma inusual que surge de las diagonales que tracé para darle más espacio a la cocina. Permite que uno esté sentado sin molestar al que está cocinando y, a la vez, amplía el paso”.
Este fue uno de los espacios más usados durante la cuarentena. Victoria dice que le faltó prever un escritorio rebatible, porque no les alcanzó con la barra: uno de los dos miembros de la pareja tenía que trabajar en la mesa baja del living. Pero el home office pandémico fue totalmente imprevisible, a falta de una palabra mejor.
“Di muchas vueltas con el color, hasta que hice una asesoría con Marina Christe. Quedó bárbaro y genera una nueva (y distinta) división entre espacios”.
A menos metros, más diseño, es lo que dice esta obra con mucha elocuencia. Otro ejemplo: los tiradores de las alacenas y de las puertas del mueble de guardado hecho a medida que se ubicó en el pasillo de entrada.
“Este mueble no está laqueado: se pintó en obra. Lo evitaría en un próximo departamento porque hacen falta muchas manos para que quede bien; pero bueno, lo logramos”.
Poco espacio, muchas ideas
