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Moreno, un matón al que la Justicia le puso un límite

La Corte Suprema de Justicia de la Nación ratificó dos condenas a prisión contra el exfuncionario kirchnerista Guillermo Moreno, quien ha quedado de este modo inhabilitado de manera perpetua par...

Moreno, un matón al que la Justicia le puso un límite

La Corte Suprema de Justicia de la Nación ratificó dos condenas a prisión contra el exfuncionario kirchnerista Guillermo Moreno, quien ha quedado de este modo inhabilitado de manera perpetua par...

La Corte Suprema de Justicia de la Nación ratificó dos condenas a prisión contra el exfuncionario kirchnerista Guillermo Moreno, quien ha quedado de este modo inhabilitado de manera perpetua para ejercer cargos públicos.

El 12 de agosto de 2010 tenía lugar una asamblea de accionistas de la sociedad Papel Prensa, con el fin de decidir la conformación de su comisión fiscalizadora. En representación del Estado Nacional, concurría Moreno, por entonces secretario de Comercio Interior, quien pasó a protagonizar uno de los tantos episodios bochornosos ocurridos durante el régimen kirchnerista.

Una vez más, el funcionario se mostraría en esa oportunidad a la altura de sus antecedentes, acostumbrado como estaba a las actitudes tan pendencieras como violentas para imponer sus puntos de vista, como cuando solía colocar un revólver sobre su escritorio ante una negociación, de lo que han dado cuenta no pocos empresarios. En esta ocasión, carente de razones y argumentos, al advertir que él y sus secuaces se hallaban en desventaja numérica en la asamblea, Moreno se propuso impedir la votación a como diera lugar.

De hecho, reclamó con actitudes intimidantes la suspensión de la reunión, esgrimiendo amenazas: “Nuestros muchachos están para bancársela”, vociferó. Absolutamente desaforado, a voz en cuello, desafió a todos los presentes, abogados y funcionarios judiciales que osaran contrariar sus designios. Como pocas veces ocurre cuando se juzga un hecho criminal, todo lo sucedido quedó fielmente registrado en videos, pese a que uno de los adláteres de Moreno intentó tapar con su espalda una de las cámaras de filmación allí instaladas. El fiel esbirro era nada menos que Daniel Reposo, funcionario que llegó a ser propuesto como procurador general de la Nación y fue acusado de falsear su currículum.

Todavía podemos encontrar en la web esos registros fílmicos que muestran al exaltado Moreno, quien al grito de “Acá no se vota”, anticipaba que las diferencias se zanjarían “por la razón o por la fuerza”, al tiempo que instaba a las mujeres presentes a correrse “para atrás” y a dar “la pelea que hay que dar”, pronosticando que “pasamos de fase verde a roja”, y ofrecía guantes de boxeo y casco de sparring ubicados en la mesa de las autoridades. Paralelamente, ordenaba apagar las luces de la sala y bloquear las salidas. La Asamblea debió interrumpirse por orden judicial. Así, el impresentable secretario de Comercio lograría, finalmente, cumplir por la fuerza el objetivo que se había propuesto.

Tamaño nivel de exaltación y locura en la persona de un funcionario llevó a muchos de los participantes de aquel histórico acto a denunciarlo ante la Justicia por amenazas coactivas. El exsecretario fue finalmente condenado el 12 de julio de 2022 por el Tribunal en lo Criminal Federal N° 8, con los votos del los jueces Nicolás Toselli y Sabrina Namer. En su fallo, ambos magistrados desecharon los argumentos de Moreno para justificar su actitud en una supuesta defensa de los intereses del Estado y señalaron que “el posicionamiento estatal, por más legítimo y justo que fuera, no puede ser defendido por cualquier medio, pues en un Estado de Derecho existen vías institucionales y herramientas legales disponibles para dar las disputas necesarias en defensa de los intereses estatales”. Puntualizaron también que “los mecanismos de intimidación, de acuerdo con la tipificación de las amenazas coactivas, no son un recurso válido para torcer voluntades”. Moreno fue condenado a la pena de dos años de prisión en suspenso e inhabilitación para ejercer cargos públicos por el término de seis meses.

En agosto de 2023, la Sala 1 de la Cámara de Casación confirmó la condena con los votos de los jueces Daniel Petrone y Diego Barroetaveña. Acusado de peculado por financiar cotillón anti Clarín con fondos públicos, el ex funcionario fue condenado a otros dos años y medio de prisión con inhabilitación absoluta y perpetua para ser candidato y ejercer cargos públicos. El 28 de octubre, la Corte Suprema desestimó dos recursos de queja presentados por la defensa de Moreno en estas causas. El máximo tribunal aún no se expidió en un tercer expediente ligado a la manipulación de datos del Indec, en el que Moreno fue condenado a tres años de prisión.

Quince años han transcurrido desde aquellos hechos de ecos estridentes que pintan una época que convendría no olvidar. El cierre que la Corte dio al derrotero judicial del desenfrenado personaje pretende terminar con un modo patoteril de hacer política, que no trepida en recurrir a la violencia y al amedrentamiento para conseguir sus fines. Todavía hoy Moreno reivindica su actuación con muchos otros que siguen su triste ejemplo. Nada justifica la prepotencia ni la violencia. Mucho menos cuando es un servidor público quien se aprovecha de su condición. La Justicia ha marcado el límite que Moreno no debió cruzar.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/editoriales/moreno-un-maton-al-que-la-justicia-le-puso-un-limite-nid12112025/

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