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Valentín Wein: quién es el joven actor que interpreta a un personaje clave en la serie de Menem

Valentín Wein no dudó. Apenas supo que tenía un rol asegurado en ...

Valentín Wein: quién es el joven actor que interpreta a un personaje clave en la serie de Menem

Valentín Wein no dudó. Apenas supo que tenía un rol asegurado en ...

Valentín Wein no dudó. Apenas supo que tenía un rol asegurado en Menem, la serie, sacó un pasaje a La Rioja y con la misión de absorber la tonada del lugar viajó y se empapó de las anécdotas del expresidente en los mismísimos confines de su tierra.

Wein no es el único creativo de su familia: tiene un hermano mellizo, Felipe, que es director de cine, una hermana que vive en Francia y lo ayuda a “ensayar por Zoom”, un padre productor de publicidad y una madre diseñadora de alfombras. “¿Familia de artistas?”, “¡No, de ladrones!“, bromea justo antes de conversar con LA NACION sobre su participación en la serie de Prime Video donde interpreta a un joven periodista -un personaje puramente ficcional- que investiga algunos de los negocios de Carlos Saúl Menem.

—¿Cómo llegaste a la serie de la que todo el mundo habla?

—Ya había laburado con Leo y “Wino” en El gerente, y tuve muy buena relación con ambos. A “Wino” no lo veo como un director, lo veo como un tío, o sea, tenemos mucha confianza. Nos llevamos bárbaro y eso ayudaba mucho a la hora de recibir sus direcciones. Él fue muy sincero con lo que quería para el personaje. Con Leo lo mismo, él hizo de mi papá en El gerente y lo veo como una especie de padre actoral. Somos amigos, más que un padre es un hermano mayor, para no sumarle años (risas). Los dos fueron muy generosos. Leo es un compañero espectacular.

-¿Te ayudaron a preparar tu personaje?

- Con Leo estuvimos muy juntos en todo lo que fue la previa. Nos juntamos bastante, yo iba mucho a su casa y preparábamos las escenas, escuchaba sus ensayos y él escuchaba los míos. Un día me tocó ensayar con “Wino” mano a mano y cuando terminamos me dijo: “Quédate, que viene Leo”, me quedé presenciando su ensayo y cuando terminó, Leo me preguntó si quería seguir ensayando en su casa. Ahí ensayamos un montón y logré acercarme cada vez más al personaje. Somos un grupo muy apasionado. El desafío de todos de tener que componer el acento riojano fue algo que profundizó las ganas.

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—¿Cómo fue la preparación para poder actuar con el acento riojano?

—Pensé que la mejor opción para incorporar el acento era irme allá, y estuve una semana en Chilecito. Fui solo porque quise escucharlo desde adentro, convivir con la gente de allá y que me ayuden a entender los noventa. Allá todos tienen alguna historia con Menem. Además del acento, mi idea era incorporar mucha información de esa época, que me contaran anécdotas y me dieran contexto.

—¿Qué te contaba la gente de allá sobre él?

—Todos me contaban alguna anécdota. Más allá de si se identificaban o no con sus políticas, tenían un montón de historias.

—Contame alguna.

—No me acuerdo tanto...

—¿Eran turbias?

—Un poquito, hay una que sí. Pero más allá de eso, todos te cuentan que él registraba mucho a las personas. No solo saludaba a todos, sino que recordaba detalles. Si tenías un tío que él conocía, lo recordaba. Todos tienen alguna historia, muchos allá hablan de sus historias con las mujeres, obviamente. Sus fiestas y sus locuras, antes de que fuera gobernador y durante su mandato como gobernador.

—¿Y cómo te recibieron en La Rioja?

—Tuvieron un nivel de amabilidad y generosidad gigante. No hizo falta tener gente en común para que me ayuden. Te abren las puertas. Me pasó a buscar una persona al aeropuerto y yo no podía contar mucho sobre el proyecto, pero justo cuando llegué se filtró una información y se lo imaginaban. A partir de ahí empezaron a ayudarme y a contarme un montón de historias. Después les mandaba mis escenas para que las leyeran ellos y yo así practicar el tono. Antes y durante el rodaje, hablaba todo el tiempo en riojano. Le mandaba audios a cualquier persona en riojano: me subía al taxi, volvía de alguna fiesta o iba a algún lugar y le hablaba al conductor en riojano. Estaba muy insoportable, pero quería incorporarlo y entrar en calor con el acento.

—¿Fue una iniciativa tuya viajar a La Rioja?

—Sí, sí. Hubo otros actores que también viajaron, como Juan y Leo . De hecho, cuando yo volví del viaje Juan me preguntó a dónde había ido, le pasé el contacto y se fue también. Los riojanos reciben a todo el mundo, son festivos, no se hacen problema por nada, no hace falta que te conozcan para ser generosos y escucharte. Tienen una paciencia y una calma que es hermosa.

—¿Qué es lo que más te llamó la atención de la historia?

—Lo que más me llamó la atención fue el espíritu de esa época, la joda sin filtro y que eso caía muy bien. No molestaba en absoluto. La gente lo tenía como ídolo. Me divertía mucho viendo esas escenas exóticas y excéntricas, todo ese quilombo... Pero después también me daba cuenta que era una patada. Me quedaba con una sensación de angustia, con una mezcla entre angustia y diversión. Cada capítulo me dejaba medio knockout porque, claro, había una impunidad enorme.

—¿Cuál fue tu primera reacción cuando te llegó el guion? ¿Qué conocías de los noventa?

—La primera imagen que se me vino a la cabeza sobre Menem fue la foto famosa de él con los Rolling Stones, o él con Michael Jackson y un montón de niños y Zulemita en La Casa Rosada. Como intérprete y como actor, me entusiasmó mucho sumergirme a esa época que no me tocó vivir. Me gustó la idea de poder conectar con esos 90 que fueron divertidos, excéntricos y también oscuros. Me resultó divertido ya en relación a la pilcha que me iban a poner o a tener escenas con Menen. Eso ya era un desafío lindo.

—¿Qué fue lo más divertido del rodaje?

—Hay una anécdota graciosa. Nos tocó filmar mucho en el microcentro. En una escena específica, Leo bajó a la calle completamente caracterizado como Menem y fue muy loco porque la gente que lo veía no entendía nada. “¿Está Menem acá?" “No puede ser, si está muerto”. Después, se acercaban un poquito y se daban cuenta de que era Leo. Había un doble cholulismo, una doble locura en el público: es Menem sí, no, pero también es Sbaraglia.

—¿Hay algún consejo particular que te haya dado Sbaraglia?

—Hubo un consejo que me dio desde lo actoral que me lo llevo: un intérprete tiene que estar siempre con los pies sobre la tierra y caminar en el mismo piso que los demás. Si vos los mirás desde arriba, nunca los vas a poder observar de verdad ni captar su esencia, y eso puede servirte para el próximo personaje que pueda aparecer. Hay que trabajar mucho la capacidad de poder observar y para eso tenés que empatizar mucho. Actuar es ponerte la piel de otra persona y tiene que haber mucha empatía. Todas las personas con las que me encontré en este contexto del rodaje de la serie tenían una humildad enorme y una generosidad para trabajar espectacular.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/personajes/valentin-wein-quien-es-el-joven-actor-que-interpreta-a-un-personaje-clave-en-la-serie-de-menem-nid27072025/

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