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El largo y sinuoso camino de las reformas estructurales

El año 2025 está terminando con una calma financiera que surgió al conocerse el resultado de las elecciones de medio término. Hubo una rápida normalización de las tasas de interés y, a pesar...

El largo y sinuoso camino de las reformas estructurales

El año 2025 está terminando con una calma financiera que surgió al conocerse el resultado de las elecciones de medio término. Hubo una rápida normalización de las tasas de interés y, a pesar...

El año 2025 está terminando con una calma financiera que surgió al conocerse el resultado de las elecciones de medio término. Hubo una rápida normalización de las tasas de interés y, a pesar de ello, el peso siguió flotando dentro de la banda de intervención. Es cierto que el BCRA no ha comprado divisas, pero ello puede obedecer al adelanto de exportaciones para aprovechar la eliminación transitoria de retenciones que ha reducido en forma transitoria la oferta en el mercado.

La normalización en las tasas de interés era indispensable para evitar un daño mayor a la actividad económica y además para que se pudiera contener el problema del aumento en la morosidad de los créditos. Se abre ahora una oportunidad para volver a un nivel de incumplimiento normal que podría alcanzarse en los primeros meses del año próximo.

En ese contexto, el Gobierno está aprovechando la ventana política que le dio la elección de medio término. Por un lado, ofreció un bono en dólares bajo legislación argentina, pero con características más atractivas que los instrumentos mal diseñados en la restructuración del año 2020. Eso le permitió obtener alrededor de US$900 millones a una tasa de riesgo país implícita algo menor a la que resulta de comparar el rendimiento de los bonos existentes con la tasa de retorno de los bonos del Tesoro americano.

Acceder a los mercados de deuda es obviamente una buena noticia, pero hay que resistir la tentación de emitir sumas mayores al capital que vence. En caso de concretarse, ello presionaría a la baja transitoria del tipo de cambio real y nos expondría a correcciones más bruscas en el futuro si ocurre un shock negativo. Y dado el mayor peso de las exportaciones energéticas en el total vendido al exterior y los pronósticos de reducciones adicionales en el valor internacional del crudo, no puede descartarse que pueda ocurrir una pérdida transitoria de ingresos (por exportaciones de la producción actual y de financiamiento de la producción futura).

El camino para que continúe la recuperación económica parece bastante despejado en el corto plazo, luego de la reciente normalización financiera, pero hay algunos riesgos. La elección del 26 de octubre permite avizorar que el modelo económico actual tendrá vida por varios años. En ese contexto, las empresas se adaptarán a las nuevas reglas de juego sin especular que podría haber un retorno a prácticas populistas, al menos durante los próximos años. Seguramente eso es positivo para el mediano plazo, pero hay algunos riesgos de corto plazo, en particular en el mercado laboral.

La productividad de la mano de obra argentina es hoy similar a la que había dos décadas atrás. Ello se observa no sólo en el agregado sino también en la mayoría de los sectores, incluyendo a la industria y varios servicios. En los países exitosos de la región y en los más desarrollados la productividad laboral crece en forma continua. Es razonable esperar que las empresas argentinas hagan inversiones para poder recuperar el terreno perdido. Eso ocurrió por ejemplo en los 90, aunque en aquel momento el impacto en el mercado laboral fue importante porque coincidió con un aumento significativo en la oferta (un porcentaje mayor de personas entrando al mercado de trabajo) y rigidez cambiaria. En ese contexto, una crisis externa como la vivida en 1995 generó un salto importante en la tasa de desempleo.

La flotación cambiaria y la informalidad dan vías de escape para morigerar un aumento importante en la tasa de desempleo, pero ello no elimina el problema. De allí la importancia de la reforma laboral, que sería más profunda que lo que especulaban algunos. En la medida en que sean creíbles, menores costos de entrada y salida al mercado generan una mayor creación de empleo por cada punto que crezca la economía. En alguna medida es similar a lo que ocurre con las restricciones cambiarias o al giro de dividendos. Si un inversor no puede salir de un mercado normalmente, es menos probable que decida entrar. Sin embargo, existen otras penalidades para generar actividad económica y empleo a partir de decisiones de los gobiernos subnacionales que pueden resultar en obstáculos relevantes.

La reforma tributaria de impuestos nacionales no puede aportar mucho por la necesidad de preservar el superávit primario. Se eliminarían varios tributos de poca monta y algunos con mayor relevancia para la compra de bienes durables, además de reducirse modestamente el impuesto a las ganancias de las empresas.

El Gobierno sí ha avanzado en continuar reduciendo impuestos a las exportaciones. En alguna medida es una respuesta a las presiones de algunos gobernadores de atender a los reclamos sectoriales. Ahora ellos deberían aportar su granito de arena reduciendo drásticamente el impuesto a los ingresos brutos, en particular en aquellos insumos que afectan los costos de los exportadores. Un ejemplo notorio son las extravagantes tasas de ingresos brutos que aplican varias provincias sobre los intereses que pagan las empresas.

El camino hacia el crecimiento sostenido no es lineal. Habrá avances y retrocesos, pero los avances logrados en la política macro deberían ayudar a reducir la volatilidad. Sólo falta un paso importante que es mejorar las reservas netas del BCRA ya que éstas actúan como un seguro para cubrir los riesgos de shock externos desfavorables.

El crecimiento es traumático y se parece al proceso de creación destructiva descripto hace muchas décadas por Joseph Schumpeter. Hay muchas empresas ganadoras y también muchas que desaparecen. Con regulaciones adecuadas a los tiempos que vivimos es más probable que la creación supere a la destrucción.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/el-largo-y-sinuoso-camino-de-las-reformas-estructurales-nid14122025/

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