Florianópolis: el exclusivo “barrio privado sin rejas” que deslumbra a los turistas argentinos
FLORIANÓPOLIS (Enviado especial).- Una Ferrari 458 Italia avanza despacio por la rua das Algas, en Jurerê Internacional, al norte de esta ciudad. A los costados, las mansiones del lugar completan...
FLORIANÓPOLIS (Enviado especial).- Una Ferrari 458 Italia avanza despacio por la rua das Algas, en Jurerê Internacional, al norte de esta ciudad. A los costados, las mansiones del lugar completan la imagen con sus enormes ventanales, columnas del piso hasta el techo o adornos extravagantes como leones de yeso o plantas que fueron podadas hasta convertirse en bloques, esferas o triángulos.
Esta zona residencial y hotelera es una especie de isla de lujo, donde lo más llamativo tal vez no sea el tamaño de las casas o los autos exóticos, sino que este tipo de residencias están conectadas con la calle, sin rejas. Casi no se ve ninguna de todas las barreras usadas para protegerse de la inseguridad. Este lugar tiene el ritmo de un suburbio norteamericano, o de un barrio privado, pero sin garitas, barrotes y mucho menos alambrados.
“Es muy loco ver esto en Brasil, que uno lo asocia a un país con mucho dinero, pero también con mucha inseguridad. Acá las casas están directamente sobre la calle. Si querés, entrás por el costado y llegás hasta el jardín”, describe Marcelo Heredia, un argentino de 47 años que salió a hacer footing por Jurerê.
El origen de esta zona se remonta a los años 70, cuando un grupo de empresarios transformó un terreno apenas urbanizado en un proyecto visionario. El primer desarrollo en el área se lanzó en 1978 con un diseño urbanístico firmado por Oscar Niemeyer, un famoso arquitecto local de fama mundial. La idea era crear un destino turístico de alta gama, inspirado en Miami.
El éxito fue inmediato. Jurerê Internacional se convirtió en uno de los barrios más exclusivos y cotizados de Florianópolis, atrayendo a celebridades, empresarios y turistas de todo Brasil y del mundo. En 1980, se entregó la primera fase del loteo de Jurerê Internacional, diferenciándose claramente de lo que hoy se conoce como Jurerê Tradicional, donde se encuentran casas y departamentos más antiguos y muchos comercios de servicios, como supermercados y farmacias.
Se considera que la división imaginaria entre ambos se da en avenida Dos Buzios y la rua das Algas. Al norte de esa intersección se encuentra el tradicional, y al sur el internacional. Aunque no hay ninguna frontera ni línea divisoria real.
“Yo vengo acá hace muchos años. La zona de Jurerê Tradicional es más tranquila en cuanto al tipo de público, hay más supermercados, servicios de todo tipo. Mientras que en el Internacional tienen casas muchos ricos brasileños. Entonces hay más restaurantes, cafés, ese tipo de comercio”, describe Ana Laura Martínez, de 50 años, que está junto a su amiga, en la playa de Jurerê.
Si bien este barrio apunta a un público de más alto poder adquisitivo, es posible hospedarse por 100 dólares la noche, incluso menos si el lugar está lejos del mar. Por ejemplo, Tomás Silva, de 49 años, que vino con su familia, se hospeda en el Hotel Jurerê Beach Village, donde la habitación cuesta cerca de 150 dólares la noche y está frente al mar.
En cuanto a los alquileres, sucede algo similar. Es posible alquilar un departamento por 100 dólares, o incluso por menos. Desde ese piso, por supuesto se puede subir hasta casas importantes que cuestan 2000 o 3000 dólares por noche.
“Es un lugar donde todo está pensado para el disfrute, desde la tranquilidad de las calles hasta la organización impecable de los servicios”, explica Lucía Benítez, de Rosario, quien, aunque se hospeda en Canasvieiras, visitó Jurerê para experimentar su ambiente.
¿Inversiones argentinas?El acceso a este estilo de vida tiene un precio alto si la intención es comprar una propiedad. Por ejemplo, hay departamentos de 490.000 dólares, en unidades de 107 metros cuadrados con tres suites y dos cocheras, hasta los 1.080.000 dólares, para espacios de 165 metros cuadrados con cuatro cocheras y la misma cantidad de suites. Mientras que las casas alcanzan cifras como 1.250.000 dólares por propiedades de 348 metros cuadrados y cuatro suites.
Según Larissa, una agente inmobiliaria de la zona, hay muchos argentinos comprando propiedades en Jurerê Internacional, tal como sucede en Punta del Este, otro destino exclusivo de la región.
“Hay mucho interés por parte de los argentinos porque ahora es conveniente para ellos. De hecho, hace poco un argentino compró un edificio entero. Además ofrecemos varias facilidades para los pagos, como en cuotas. Pero tenemos clientes de muchos países. Hasta rusos”, señala Larissa.
Experiencias gastronómicas y comprasLa oferta gastronómica en Jurerê Internacional combina diversidad y excelencia. Desde la cocina brasileña hasta propuestas internacionales, los restaurantes ofrecen una experiencia de primer nivel. “Probé un ceviche que podría competir con los mejores de Lima”, comenta Sofía Gutiérrez, una visitante porteña.
Por ejemplo, cenar sushi en un lugar reconocido cuesta unos 85 dólares para dos personas. Sin embargo, en la ciudad de Buenos Aires esa comida en un lugar equivalente tendría ese valor por persona.
El Jurerê Open Shopping, un espacio al aire libre que mezcla tiendas y cafeterías, complementa la experiencia de los visitantes. Aquí, la posibilidad de caminar tranquilamente mientras se exploran boutiques de diseño y productos locales aporta un valor diferencial. Gabriel López, de Mendoza, destaca: “Es un lujo sencillo, caminar sin apuro, rodeado de buen gusto y tranquilidad”.
Playas que completan el paisajePero si algo define a Jurerê Internacional es su playa. La arena blanca y el mar cálido configuran un escenario que invita a desconectarse.. Familias y parejas encuentran en estas aguas una experiencia relajante, a diferencia de lugares más concurridos, como Canasvieiras. “La serenidad del mar aquí es algo que no se encuentra en muchos lugares”, afirma Juan Ignacio Torres, que vive en San Fernando, en la provincia de Buenos Aires.