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El beso de Judas: un hombre torturado por dos asesinatos, que busca respuestas

El beso de Judas (Argentina/2025). Dirección: Martín Murphy. Guion: Martín Murphy. Fotografía: Christian Santiso. Música: Rodrigo Alcaraz. Edición: Gustavo Despouy. Elenco: Damián De Santo, ...

El beso de Judas: un hombre torturado por dos asesinatos, que busca respuestas

El beso de Judas (Argentina/2025). Dirección: Martín Murphy. Guion: Martín Murphy. Fotografía: Christian Santiso. Música: Rodrigo Alcaraz. Edición: Gustavo Despouy. Elenco: Damián De Santo, ...

El beso de Judas (Argentina/2025). Dirección: Martín Murphy. Guion: Martín Murphy. Fotografía: Christian Santiso. Música: Rodrigo Alcaraz. Edición: Gustavo Despouy. Elenco: Damián De Santo, Fredy Villarreal, Alfredo Casero, Martín Campilongo, Adriana Salonia, Martín Murphy, Sophía Murphy, Fernando Lúpiz, Gustavo Pardi, Luciano Linardi. Duración: 96 minutos. Calificación: solo apta para mayores de 16 años. Distribuidora: Digicine. Nuestra opinión: regular.

Sea en un problema matemático o en el cine, las fórmulas tienen una razón de ser. Dicho esto, siempre es estimulante encontrar a alguien que las cuestione, pervierta o transforme, pero el trabajo debe ser minucioso, preciso, y tener mucho de prueba y error. En su concepción, El beso de Judas intenta, trata, prueba y se equivoca. Pero siempre trata.

La historia escrita, dirigida y producida por el debutante Martín Murphy empieza a puro golpe de efecto: una mujer con los ojos vendados gritando (Adriana Salonia), un encapuchado y un disparo que termina con su vida (más adelante nos enteraremos de que también con la de su hija pequeña) ¿Qué pasó? ¿Quién disparó? ¿Por qué? Son algunas de las preguntas que se instalan desde ese momento, y que la película intentará develar en un complejo entramado de tiempo presente y flashbacks, que complejizan una historia bastante más simple. Al mismo tiempo, un hombre sin nombre (el propio Murphy, que también se dio el gusto de actuar), asesina a quemarropa a varias personas. ¿Tiene algo que ver esta subtrama con la anterior? Otra pregunta para sumar a la lista.

El protagonista de esta intrincada trama policial es Diego (Damián De Santo), un hombre torturado por el asesinato de las dos mujeres, que busca respuestas. Su primer impulso es invocar la ayuda de su amigo, el inspector Santos (Martín Campilongo), un detective al uso que se las sabe todas, de inequívoca impronta hollywoodense. También anda por ahí Martín de la Cruz (Alfredo Casero), otro oficial, pero a cargo de la investigación del asesinato, que se empeña en investigar a Diego, como una suerte de Columbo moderno. El resto del elenco incluye a Pablo (Fredy Villarreal), el mejor amigo de Diego que esconde más de un secreto; y a Marconi (Fernando Lúpiz), un soplón de vuelo corto.

Que El beso de Judas sea una película apoyada en el rompecabezas propuesto por el guion -que incluye algunas vueltas de tuerca, para intentar tomar desprevenido al espectador- no quita que sea el elenco quien vuelva más o menos creíble el resultado. Y allí es donde las diferencias se vuelven más pronunciadas. Del lado de los que le encontraron la vuelta, De Santo toma la posta, a la par de Martín Campilongo: ambos sacan agua de las piedras, independientemente de la situación que les pongan delante. En la vereda de enfrente está Alfredo Casero, que una vez más hace de Alfredo Casero. ¿Lo hace mal? Y no, es excelente en lo suyo, pero no hay manera de trascender su máscara para ver al personaje. Fredy Villarreal intenta y cumple, pero sus limitaciones diluyen la complejidad de un papel que podría haber tenido mayor vuelo.

Se notan en El beso de Judas las buenas intenciones de su director, de romper el molde y ofrecer un thriller entretenido y sorpresivo; sin embargo, el resultado se presenta irregular. En más de una ocasión, la narración se vuelve confusa, producto de saltos temporales a todas luces innecesarios. Tampoco ayuda el exceso de planos y contraplanos (más propios de la televisión que del cine) a la hora de resolver tomas simples como una charla entre dos personajes. El recurso distrae, más que aportar al nervio narrativo propio de la situación que se está planteando. También, y en pos de la sorpresa, llegando al final, el protagonismo pivota hacia un personaje secundario, desdibujando lo construido hasta el momento, y rumbeando a un desenlace sin el suficiente peso específico. Una producción nacional irregular, aunque honesta y entusiasta.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/cine/el-beso-de-judas-un-hombre-torturado-por-dos-asesinatos-que-busca-respuestas-nid27032025/

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