El Fondo Nacional de las Artes homenajea a Kodama: “La casta cultural no siempre la aceptó”
El próximo lunes, a las 18.30, en la Casa Victoria Ocampo del Fondo Nacional de las Artes (FNA, Rufino de Elizalde 2831), se hará la charla “María Kodama en tres vistas: narradora, ensayista, ...
El próximo lunes, a las 18.30, en la Casa Victoria Ocampo del Fondo Nacional de las Artes (FNA, Rufino de Elizalde 2831), se hará la charla “María Kodama en tres vistas: narradora, ensayista, académica”, con la presencia de la investigadora y escritora Gwendolyn Díaz-Ridgeway, la doctora de Derecho y escritora Claudia Farías Gómez y la lingüista y traductora Laura Bertone-Méndez. A dos años de la muerte de Kodama, la Fundación Internacional Jorge Luis Borges y el FNA conmemoran la figura de la escritora y traductora. El ingreso a la sala será por orden de llegada hasta completar su capacidad.
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El encuentro será coordinado por el director del área de Letras, Patrimonio, Radio y Televisión del FNA, el doctor en Historia y Teoría de las Artes y licenciado en Letras Juan Antonio Lázara. Fernando Flores Maio, vicepresidente de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, tendrá a su cargo la apertura de la charla. Las tres oradoras convocadas fueron amigas de Kodama y testigos de su labor en la difusión nacional e internacional del legado borgeano. Farías Gómez coescribió con Kodama el ensayo La divisa punzó.
Nacido en octubre de 1964, Lázara es profesor titular de grado y posgrado en Curaduría, Historia del Arte, Historia de la Economía y Arquitectura en la Universidad Argentina de la Empresa, la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas y la Universidad de Buenos Aires. Durante veinticinco años, presidió el jurado del Premio Vocación Académica de la Fundación El Libro. Integra el Comité Español de Historia del Arte y la Red Iberoamericana de Cementerios Patrimoniales, y condujo programas de radio y televisión. Autor de varios libros en su especialidad, también fue fundador de la Guía del Estudiante. “Si de algo tengo que enorgullecerme es que nunca viví de la política; mi gran orgullo es mi biblioteca, que debe ser una de las más grandes de las particulares en Argentina: tengo 50.000 volúmenes casi todos dedicados a literatura, arte y economía y mi pasión: grabados del siglo XIX relacionados con la Revolución Industrial”, dice a LA NACION.
“Me interesaba cerrar el mes de la mujer con un homenaje a María Kodama quien siempre se mostró políticamente incorrecta en su vida y en su obra frente a la casta cultural de aquella época, que no siempre la aceptó de buena gana -sostiene Lázara-. La conocí cuando yo mismo estaba muy allegado a la otra vereda de Borges. Mis antepasados maternos fundaron Pardo, que es un pequeño pueblo en donde la familia de Adolfo Bioy Casares tiene la estancia Rincón Viejo, y edité un par de libros del padre de Bioy. Por consiguiente, conocí la mirada sobre Kodama desde el lado de los antiguos amigos de Borges que siempre la vieron con cierta desconfianza. Compartí varios viajes a Pardo con María Esther Vázquez, quien tenía una mirada demoledora sobre Kodama en la biografía que escribió de Borges. Sin embargo, al tratarla personalmente siendo jurado de los Premios Vocación Académica de la Feria internacional del Libro, pude conocer a una mujer diferente. Sencilla y tímida pero con carácter”.
Destaca el quehacer de Kodama como gestora cultural. “Supo organizar la Fundación Internacional Jorge Luis Borges y recuerdo que, en un pequeñísimo stand de la Feria del Libro, promovió un concurso de haikus en las escuelas, incentivando la práctica de la poesía en los niños y jóvenes”.
El jueves, en el jardín de la Casa Victoria Ocampo, se inauguró la exposición Esculturas para Victoria organizada por la directora de Artes Plásticas del FNA, María Silvia Corcuera, con obras de Natalia Abot Glenz, Claudia Aranovich, Marcela Cabutti, Mónica Canzio, Claudia Cerminaro, Noemí Gerstein, María Guallar, Julia Farjat, Gabriela Heras, Vechy Logioio, Lucía Pacenza, Norma Siguelboim, María Torcello, Teresa Tronconi y Paulina Webb. “Ambas actividades complementan muy bien estas dos ramas del arte”, observa Lázara, que reemplazó a la escritora Florencia Abbate en la dirección del área de Letras del FNA.
Conoció a dos sobrinas de Kodama, “en unas circunstancias por demás extraordinarias”, cuenta. “Hace unos meses estaba de vacaciones en Mar del Plata y vi que en un pequeño recuadro del diario La Capital anunciaban la presentación de un libro de Borges inédito en una feria del libro local. Me pareció extraño un libro inédito de Borges y fui. Más raro me pareció que se presentara en una feria de libros cuyos stands apenas ofrecían saldos y textos escolares. En una precaria sala de actos, presentaron el texto inédito de Borges, pero no tenían el libro. Más extraño me pareció todo y quise participar como publico anónimo indagando, preguntando. Allí fue cuando desde los últimos asientos de la sala de presentación aparecieron Mariana y María Belén Kodama y me explicaron de qué se trataba el libro, que me pareció increíble”.
El volumen en cuestión es el imprescindible “libro rojo de Borges”, Cuadernos y conferencias, que dio a luz el equipo de investigadores del Borges Center de la Universidad de Pittsburgh, a cargo del estadounidense Daniel Balderston, y de la Universidad Nacional de Mar del Plata integrado por Mariela Blanco, y que se presentará en la Casa Victoria Ocampo el 16 de mayo.
-¿Cómo fue el primer año de gestión en el FNA?
-El primer año fue de ordenar el caos recibido, dado que se había desnaturalizado la finalidad primigenia del Fondo que es generar un “fondo” que tenga créditos para que los artistas y escritores puedan financiar las inversiones que necesiten realizar para su desarrollo. Recordemos que Astor Piazzolla invirtió en un piano con un préstamo de nuestra entidad. Nos interesa generar la cultura de que lo que se recibe del Estado hay que devolverlo. Me encanta trabajar en un directorio de personalidades tan destacadas e intachables y con un presidente del fondo como Tulio Andreussi que es un economista. Yo, que soy un simple docente desconocido, me siento honrado en sentarme a trabajar con Teresa Anchorena, el coreógrafo Mauricio Wainrot, el maestro Guillermo Scarabino, el arquitecto Marcelo Nougés, el cineasta Miguel Pereira y la artista María Silvia Corcuera. Me pasé toda la vida en las universidades estudiando los vínculos entre arte, arquitectura y economía, y me parece increíble ahora compartir la mesa con el director del Banco Central, Marcelo Griffi. En ese sentido, fue un año hermoso. Por otra parte, tenemos las limitaciones económicas que nos acosan a diario. Sin embargo, pude crear con el consentimiento del directorio el Concurso Nacional de Cementerios, Templos y Espacios Sagrados en donde distinguimos proyectos de valoración artística de esos espacios olvidados, pero en donde podés encontrar obras de artistas como Lola Mora y Alejandro Christophersen.
-¿Existe ahora una “casta cultural” como la que despreció a Kodama?
-Así como Javier Milei se refiere a la casta política que se ha instalado en el poder con privilegios, exigiendo que el pueblo la mantenga, en la Argentina hay una casta cultural que se cree que está por encima del resto de los argentinos y que todos la debemos mantener. Mi definición de esa casta es la siguiente: “Grupo social privilegiado financiado por el Estado que reproduce bienes simbólicos irrefutables (dogmas ‘progresistas de izquierda’) legitimados por la prensa convencional y que menosprecia al ciudadano corriente que intercambia bienes materiales y servicios en el mercado natural de la sociedad”. Durante décadas, el Incaa financió películas con millones de dólares que no las veían ni los parientes del cineasta. Resulta que muchos hacían “arte” porque tenían un cliente bobo que era el Estado que gastaba y gastaba, claro que el que gastaba era el político que abría la billetera de otro, de ese otro anónimo que es el fletero o el peluquero que paga ingresos brutos. Ya lo dijo uno de mis economistas más admirados, Frédéric Bastiat: ¿por qué un albañil debe financiar con su trabajo el funcionamiento de un teatro deficitario? ¿Por qué una cantante como Lali Espósito debe recibir dinero de un municipio por su actuación cuando en ese mismo municipio la ambulancia del hospital necesita una rectificación de motor demorada?
-¿No estás de acuerdo con que el Estado intervenga en el desarrollo de la cultura?
-La otra noche, vagando por la avenida Corrientes, me entregan un volante de una obra de teatro en la puerta de una sala en la entrada del Paseo La Plaza. Me pongo a hablar con el gacetillero y resulta que era el dueño, director y productor del teatro que me dice: “A mi negocio lo que más lo perjudica son las salas de teatro subsidiadas porque con ellas no puedo competir en igualdad de condiciones”. Me pareció estar escuchando a Bastiat pero no, era Claudio Salama, dueño de la Sala Cortázar; nuestro secretario de Cultura, Leonardo Cifelli, fue productor teatral de obras que fueron exitosas sin la mano del Estado. Tenemos una casta de intelectuales y artistas que creen que son más importantes que los médicos, albañiles o enfermeros que trabajan en el Garrahan.
-¿Qué iniciativas tienen para 2025 desde el área de Letras en el FNA?
-Estamos preparando nuevos concursos interdisciplinarios, es decir, concursos que premien proyectos que vinculen la literatura y el cine junto con el director Miguel Pereira, y que unan la arquitectura y el ensayo y la crítica literaria con el director Marcelo Nougués. Me encantaría organizar una exposición sobre arte e inflación e invitarlo a participar en un panel al ministro Federico Sturzenegger y al director del Banco Central, pero, bueno, eso está verde todavía. Como director de medios, me gustaría además crear un premio de trayectoria a los periodistas que se hayan interesado por el arte y la cultura.
-¿Cuál es tu opinión sobre el desarrollo de la “batalla cultural” que lleva adelante el Gobierno?
-Me gusta mucho el debate respetuoso y picante y la corriente de nueva espiritualidad que ofrecen líderes como Javier Milei. Yo soy un mal católico pero católico al fin y me conmueve escuchar a Javier declamar fragmentos del Antiguo Testamento. Me gusta mucho escuchar la voz de su rabino. Occidente entero asiste a un renacer espiritual increíble luego de décadas de ideología de género. Luego de décadas de extinción demográfica y políticas proaborto que daban la espalda a los sentimientos más genuinos del pueblo, asistimos a un renacer de la vida. Me parece muy bien dar voz a expresiones que fueron perseguidas este último cuarto de siglo. ¿Por qué se puede expresar libremente gente que promueve las horribles dictaduras de izquierda y no podían expresarse quienes denuncian que Cuba es un infierno horrible? ¿Cómo es posible que existan feministas kirchneristas que apoyan a Hamás, al Estado Palestino y a Irán cuando allí a las mujeres las someten a las más denigrantes humillaciones? ¿Por qué en las universidades públicas te silencian si sos medio “tradicionalista” o liberal y si sos comunista o kirchnerista te premian con cátedras y concursos? Abro el portal de LA NACION varias veces al día, me encanta, pero también sigo a varios influencers políticamente incorrectos que expresan las ideas que la mayoría de la población no puede decir.
-¿Tenés una opinión sobre la demolición del monumento a Osvaldo Bayer?
-Con la cobertura mediática de la demolición del monumento a Bayer, los medios dieron la voz con exclusividad a la casta cultural, todas favorables al resentimiento que generó Bayer con sus ideas. Te invito a comparar lo que dicen los escritores del artículo “Igual que los talibanes” en LA NACION, que reseña el derribo del monumento a Bayer, frente a lo que dicen los lectores comunes y corrientes del foro. La gente común está harta ya de viejos resentimientos. Me hubiera gustado que viviera la gran actriz China Zorrilla para que opinara sobre Bayer que se pasó la vida incitando a los jóvenes a la violencia y a que ataquen el hermoso monumento a Julio Argentino Roca, obra de su padre José Luis Zorrilla de San Martín. Cuando los progresistas alaban a los pueblos supuestamente “originarios”, ¿se mencionan sus prácticas machistas aberrantes? ¿No queremos recordar que los llamados pueblos originarios en el pasado practicaban el sacrificio de niños y la iniciación sexual de niñas por parte de sus padres? ¿La gente progresista y feminista defiende la práctica del levirato por parte de algunos pueblos originarios? ¿Y no es kafkiano que haya multitud de ciudades que tienen varias calles que lleven el nombre de Perón? ¿No es orweliano que un niño asista a la Escuela Eva Perón en la calle Presidente Perón en el municipio Perón en pleno siglo XXI? ¿Alguna vez la nomenklatura de la cultura, ya sea Felipe Pigna o Tristán Bauer, se manifestaron en contra de este fenómeno fascista?
-¿Cuál es tu modelo ideal de una política cultural estatal?
-Me encantaría una política cultural estatal reducida a su mínima expresión pero que prepare el terreno para incentivar infinitas voces del mercado que sean imposibles de controlar por ningún populista de turno en el futuro.
-¿Creés que la cultura argentina va camino a “despartidizarse” o a “desideologizarse”?
-Justamente, la política de Estado que amo es la que hacemos desde el Fondo Nacional de las Artes, damos créditos para que los artistas hagan su proyecto y generen creatividad y riqueza simbólica y material sin importarnos su contenido. Para otra nota te cuento un par de increíbles proyectos culturales cuyos créditos autorizamos. En relación con la desideologización, me parece que tenemos que formar a funcionarios de cultura con sobresaliente preparación académica y estética sin importar su ideología. El primer día de clases les digo a mis alumnos universitarios: “Sepan que les voy a decir de frente mis ideas y también sepan que el que se anime a disentir tiene asegurado un punto adicional en los exámenes”. Cualquiera de mis alumnos de estos últimos 35 años lo puede confirmar. Lo que importa es la calidad. ¿Picasso era machista? ¿Podemos anular por eso la fuerza de su Guernica? ¿Qué persona más malvada que Neruda que se desinteresó de su hija hidrocefálica? A pesar de eso, ¿nos conmovemos con sus poemas surrealistas? En un acto reciente del Fondo, pude homenajear al escritor vivo más grande que tenemos en la actualidad que es Martín Caparrós y, por mi parte, pienso todo lo contrario de lo que él piensa. Leo sus tuits ofensivos con nuestro querido presidente y me enojo. Pero cuando abro un libro de Caparrós, como este último Antes que nada, lloro y ese es el milagro del arte y de la literatura, que un autor a quien no queremos y hasta que podemos detestar nos emocione.